Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Maria del Carmen Martínez, la viuda de Vicente Sala, vio la cara de su asesino antes de morir

Pese a recibir dos disparos en la cabeza, María del Carmen Martínez sacó fuerzas para salir del coche y permanecer apoyada en el vehículo hasta que la encontraron. Una herida por el roce de una bala en la muñeca izquierda apunta a que intentó defenderse

La viuda de Vicente Sala vio la cara de su asesino antes de morir

María del Carmen Martínez supo quién le quitaba la vida antes de caer muerta en el lavadero de un negocio familiar. Así lo confirman quienes han seguido de cerca la investigación de un suceso que mantiene conmocionada a la sociedad de Alicante. Primero, cuando se conoció la identidad de la víctima, (la viuda del expresidente de la CAM Vicente Sala), y la forma en que fue asesinada (de dos disparos en la cabeza aunque menos certeros de lo quizá pensó el asesino). Y ahora, con la detención este miércoles de uno de sus yernos (Miguel López, casado con la menor de sus hijas y preso en Fontcalent desde el viernes), como presunto autor material del crimen.

La víctima, una mujer de 72 años que, como en otras muchas ocasiones, había ido al establecimiento de automoción que regenta su yerno a recoger su coche (un Porsche Cayenne de unos diez años de antigüedad que solía lavar allí), pudo ver la cara de su asesino. Pese la escasa distancia a la que se efectuaron los disparos, María del Carmen no sólo no murió en el acto sino que incluso, hasta donde pudo, intentó defenderse. Así lo atestigua la herida que presentaba en su muñeca izquierda, una lesión provocada por uno de los dos proyectiles que al final acabaron impactando en su cabeza y del que ella intentó zafarse sin éxito.

Tras efectuar los dos disparos, el asesino salió huyendo sin entretenerse en recoger las vainas, lo que hubiera dificultado enormemente una investigación en la que las pistas que ha dejado la munición y el arma utilizada para dispararla están siendo determinantes.

Pese a la escasa distancia de los impactos (uno se realizó a entre 30 y 70 centímetros y el otro a bocajarro, es decir, a menos de 30) y a que el criminal sorprendió a la víctima sin capacidad de reacción, la viuda del expresidente de la CAM tardó cerca de 20 minutos en fallecer. Los informes forenses incorporados al sumario recogen cómo María del Carmen, mortalmente herida, aún tuvo fuerzas para salir del coche y permanecer apoyada en él, donde un trabajador encontró a su «jefa Mari Carmen», como la llamaban los empleados en Novocar, el negocio familiar donde se encuentra el lavadero que fue una trampa mortal.

Los impactos produjeron lesiones en ambos lóbulos frontales pero «sin afectación severa de estructuras vitales», aunque desencadenaron una «hemorragia externa aguda» que fue lo que al final condujo al fallecimiento.

Con todo, el proceso no fue rápido. Las manchas de sangre encontradas en el asiento del copiloto y en la parte posterior del vehículo evidencian que María del Carmen «permaneció un tiempo dentro» después de recibir los disparos antes de salir por su propio pie y apoyarse en el coche. Los forenses datan el momento de la muerte a las 19 horas del 9 de diciembre.

A la vista de los impactos, los investigadores concluyen que no los realizó un experto, lo que les ha servido para descartar la hipótesis del crimen por encargo. Además de dejar los cartuchos abandonados, lo que aseguran que no hubiera hecho un profesional, destacan que, pese a la corta distancia, no fueran letales y el que se utilizara una munición manipulada con un arma poco fiable, lo que tampoco sería propio de un sicario.

Compartir el artículo

stats