Ocho meses antes de su muerte, María del Carmen Martínez amplió el testamento que había otorgado en octubre del año anterior para dejar al primogénito de la familia, Vicente Sala Martínez, la acción de oro que a ella le legó su marido y que otorgaba el poder de decisión en el entramado empresarial familiar con independencia del porcentaje de participación.
El primero de estos documentos, incorporado ya al sumario, está fechado el 14 de octubre de 2015 y en él, como ya publicó este diario, la matriarca de los Sala nombra a su hijo heredero universal legando a sus otras tres hijas únicamente el tercio de la legítima, al que estaba obligada por ley. Al mayor y único varón de la familia, por contra, le dejó además el tercio de mejora y el de libre disposición.
Con todo, esto no le debió parecer suficiente a María del Carmen y, para garantizarle a su hijo el control de los negocios de la familia, el 29 de abril del año pasado realizó un añadido en el que hace constar, entre otras precisiones, que le lega la polémica acción de oro.
En este documento, además, nombra a dos albaceas y contadores-partidores con el cometido, entre otros, de «custodiar y conservar los bienes, y ejercitar los derechos integrantes de la herencia yacente hasta la total conclusión de las operaciones particionales y distribución de la herencia, salvo en lo concerniente a los derechos económicos y políticos de las participaciones sociales integrantes del legado y herencia a favor de D. Vicente Sala Martínez y, en su defecto, a favor de sus hijos D. Vicente y D. Fernando, cuyo ejercicio corresponderá y podrá desarrollar plenamente desde el fallecimiento de la testadora D. Vicente Sala Martínez y, en su defecto, sus descendientes».
María del Carmen también se acordó en el testamento de su hermana Toñi, a quien con cargo al tercio de libre disposición, dejó el usufructo de dos inmuebles en Aspe así como un piso y la mitad de dos naves en Alicante.
El mismo día que María del Carmen murió tenía una cita en el notario para otorgar poderes para pleitos, pero por la mañana llamó porque no tenía claro si iba a firmar ella o su hijo.
