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¿De qué se habla en los bares de Alicante?

Siguen siendo un termómetro para pulsar la realidad social evidenciando que no hemos cambiado tanto como creemos

Imagen del bar Sento de Alicante el miércoles pasado PILAR CORTÉS

«Del político que más se oye hablar es de Pavón», asegura Christian Esteve desde la barra de la cervecería Sento, mientras uno de los clientes del bar confirma riendo que se habla mucho del vicealcalde de Alicante «porque no para de tocar las pelotas». No es sólo de Miguel Ángel Pavón. En los bares alicantinos el gobierno del tripartito es uno de los temas estrella aunque no el primero.

Ágoras modernas donde socializar, divertirse y arreglar el mundo aunque sea de boquilla, los bares siguen siendo lugares donde divertirse, beber y comer además de puntos de encuentro que definen como pocos a la sociedad del momento y, con permiso de la política y pese a los cambios sociales, el rey de las conversaciones sigue siendo el fútbol.

Alicante, con unos 2.300 bares y restaurantes, es una de las ciudades con más establecimientos hosteleros de España en relación a sus habitantes. Así, según el Anuario Económico de La Caixa, en la ciudad hay un bar por cada 143 personas evidenciando el arraigo de la cultura de bar, sobre todo en el caso de los locales más consolidados donde se debate la actualidad frente al periódico o ante la televisión y en los que camareros y clientes se conocen entre sí facilitando los debates y las conversaciones.

«El fútbol es el rey de las charlas y de las discusiones sobre todo entre los hombres», asegura Alberto Serna, propietario y camarero del bar Lockers en San Blas, «y más ahora que hay partidos casi todos los días entre la liga, la Copa o la Champion». Christian Esteve confirma que gran parte de las conversaciones giran alrededor del fútbol, sobre todo del Madrid y del Barça, de Messi y de Ronaldo, «y la gente discute, pero siempre de forma civilizada», asegura. En ocasiones, otros deportes, como el tenis esta semana con la final de Australia de Nadal, toman el relevo, «pero es cuando hay algo excepcional».

Fútbol y luego política

La política es el segundo tema estrella en los bares, tanto la local como la nacional. Los «líos» del tripartito son muy comentados por los clientes del bar Juanjo en la Gran Vía, según José Ruiz, uno de sus camareros. «Mucha gente tiene la sensación de que no se aclaran por ejemplo con lo de Ikea o con lo de los nombres de las calles, que se ha comentado mucho últimamente».

Obviamente, el desempleo y la crisis siguen estando entre las principales preocupaciones de los alicantinos que se reflejan en sus charlas de bar. «Estos días la gente se queja mucho de la subida de la luz», afirma Alberto Serna, «y muchos hablan de la bajada de las pensiones y de las dificultades para llegar a fin de mes».

Efectivamente, en una mesa de la terraza de la cervecería Dulcina en la Plaza Nueva, dos mujeres se lamentan por la falta de trabajo de sus hijos y porque uno de ellos haya decidido marcharse al extranjero a ver si encuentra algo. La familia es un tema recurrente en las conversaciones, pero mucho más entre mujeres que entre hombres, «por ejemplo, las mamás que vienen a diario a desayunar tras dejar a los niños en el cole hablan mucho de sus hijos y de temas personales, y menos de cuestiones generales», afirma Alberto Serna.

En el bar Cuatro Duros, del centro, un joven recomienda a un amigo una nueva serie de televisión mientras, en otra mesa, tres amigas hablan del precio del alquiler de los pisos porque una de ellas plantea irse a vivir con su novio «pero lo que nos gusta no podemos pagarlo», señala. Los problemas personales y laborales centran muchas de las conversaciones en los bares, «pero más en las mesas y en las terrazas, y nosotros apenas oímos de qué hablan», indica José Ruiz, quien asegura que, pese al paso del tiempo, la costumbre de hablar con el camarero desde la barra se mantiene ya que «muchos de los clientes son como amigos y nos conocemos de años, por lo que es fácil intercambiar impresiones del tiempo, del desastre del árbitro o del último escándalo que lleve el periódico».

«¿De corrupción? Sí, pero últimamente menos, se ve que la cosa está más tranquila», afirma antes de servir una nueva cerveza.

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