Un equipo de psicólogos de la Cruz Roja acudió al lugar del suceso para prestar ayuda a la hija de 18 años que descubrió el trágico suceso. La chica estaba aún con el pijama en la calle mientras se finalizaba el levantamiento del cadáver, y estaba en shock, rota por la muerte de sus padres y hermana.

Varios familiares y amigos acudieron para respaldar a la joven, que estuvo un rato en un bar de la zona con la Cruz Roja, y pidió que antes de precintar la casa le dejarán sacar algo de ropa, para pasar la noche en casa de unos familiares. Esta previsto que el funeral no se pueda celebrar antes del lunes, ya que no será hasta mañana cuando se les practiquen las autopsias a los tres cadáveres.