El tripartito de Alicante pone, una vez más, el contador a cero. Eso sí, lo hace sin resolver ninguno de los asuntos que han provocado la crisis interna más aguda desde que PSOE, Guanyar y Compromís se hicieron con el gobierno de la ciudad en junio de 2015. Y es que en la comisión de seguimiento del pacto celebrada ayer no se trataron las cuestiones más polémicas del último mes, como la creación de dos direcciones generales (una idea del alcalde Echávarri que bloquearon sus dos socios de gobierno), la decisión unilateral del dirigente socialista de dejar a Guanyar con un miembro menos en la Junta de Gobierno o su propuesta de quitar también a la formación liderada por Miguel Ángel Pavón un asesor en respuesta a la pérdida por parte de Guanyar de un edil tras la expulsión, hace casi un año, de la ahora tránsfuga Nerea Belmonte.

Ninguno de esos asuntos se resolvió, según explicaron desde la comisión de seguimiento de un pacto de gobierno que el tripartito, por una cuestión de necesidad, intenta revitalizar para llegar, con las mayores garantías, al final del mandato. «No podemos romper todo porque la alternativa es el PP y nos costó veinte años sacarlos del gobierno de Alicante», apuntó ayer uno de los asistentes a una reunión «presidida» por el jefe de Gabinete de Alicante y portavoz de la Ejecutiva local del PSOE, Lalo Díez; por el vicealcalde y líder de Guanyar, Miguel Ángel Pavón, y por el portavoz del tripartito y secretario local de Compromís, Natxo Bellido. A la reunión, como estaba previsto, no asistió el alcalde, el socialista Gabriel Echávarri.

En el encuentro, que se prolongó unas dos horas y que acabó con un comunicado conjunto del tripartito, los socios evitaron elevar la voz, pasando de largo por los asuntos más polémicos y centrando los esfuerzos en el futuro. «La voluntad es de resolver las dificultades, intensificando un diálogo que sirva para canalizar de forma interna las discrepancias que puedan surgir, diferencias inherentes a un gobierno plural», coincidieron en una nota en la que quisieron poner en valor los retos más significativos que el equipo de gobierno tiene sobre la mesa, como el Plan Ciudad, el Plan de inclusión Social o la renovación del PGOU, junto a otros objetivos como mantener las cifras turísticas. También destacaron asuntos con recorrido en los que el tripartito, al menos hasta la fecha, ha exhibido posturas enfrentadas, como en la regularización de los graneles del Puerto, la municipalización de servicios o la reordenación del espacio urbano.