La fuertes lluvias han provocado la subida del nivel del agua en la laguna salinera de Torrevieja y la inundación parcial de la zona en la que se acumula en montañas a cielo descubierto, las denominadas garberas. La empresa salinera ha estado durante las últimas horas bombeando el gran volumen de agua que ha entrado en este área de la explotación y ha tenido que suspender varios turnos de extracción de sal hasta que se normalice la situación, y se puedan poner en marcha todas las infraestructuras.

La gran cantidad de lluvia que ha caído tiene efectos negativos en el transporte y producción de sal. Por una parte, en la zona de acopio, impide trabajar a las palas que transportan la sal hasta la zona de empaquetado o a granel a través de la cinta de la sal para llevarla hasta el puerto para su comercialización por vía marítima, que es el destino de más de la mitad de la producción en Torrevieja. Además, el agua en contacto con la base de las montañas de sal la disuelve.

La compañía, gestionada por una multinacional francesa y donde trabajan actualmente unos 80 salineros, no ha informado oficialmente de los daños que puede provocar en la cosecha de sal de este año la sucesión de dos gotas frías en un mes: una a mediados de diciembre, y otra la semana pasada, que han dejado alrededor de 300 litros por metro cuadrado -en un año completo apenas se registran 250 litros-. Es muy difícil que no tengan un impacto directo en la producción de sal, que en el caso de Torrevieja puede superar más de medio millón de toneladas, con una de las mejores precios y calidades de Europa. La sal se genera por concentración y precipitación de salmueras en el fondo de la laguna. Una cantidad tan grande agua dulce eleva la proporción de agua sobre la de sal, lo que provoca una menor concentración de salmueras.

El fuerte viento también afectó a las pequeñas embarcaciones que sirven para transportar la sal desde la plataforma de extracción hasta las instalaciones en las que se lava, y se acumula. Estos barcos o "raches" se han dispersado hacia las orillas de la laguna.

Por otra parte, el temporal se ha llevado por delante en Torrevieja la mayor parte de los aportes de arena de las playas, en especial en la playa de Los Locos, Los Náufragos y del Cura en Torrevieja. El oleaje ha afectado a infraestructuras como pasarelas de madera, accesos desde los paseos, y mobiliario como papeleras y lavapiés, desbaratando además el trabajo realizado durante el último mes para normalizar el estado del litoral tras la primera gota fría de diciembre. La principal rampa de acceso de madera en la playa de Los Locos ha quedado inutilizada.

Las lluvias han provocado en Torrevieja otros problemas. Muchas viviendas antiguas, plantas bajas con más de 70 años, concentradas en el centro, el barrio del Acequión, La Punta y el Calvario, sufren ahora la sobrecarga de peso de la lluvia en cubiertas y paredes, lo que ha generado desprendimientos en dinteles de puertas y ventanas y grietas en cubiertas.

Por su parte, el litoral ilicitano se ha quedado casi sin arena tras el temporal. En El Altet, el agua, además de sacar más algas, como ya ocurrió en diciembre, ha rebasado la torre de vigilancia, la caseta de los socorristas e incluso los juegos infantiles, algo casi inédito, además de desmontar las sombrillas de la parada de autobús. Si en El Altet, el ancho de playa es generoso, en Arenales del Sol, con una franja algo menor, el agua ha avanzado tanto que no solo ha desplazado papeleras, sino que ha llegado a enterrar lavapiés, parte de las porterías e incluso ha alcanzado las pasarelas elevadas de madera, además de tumbar el poste del que cuelga la bandera azul y desenterrar áreas con rocas, según siempre vecinos de Arenales. En la playa de El Pinet el agua ha llegado hasta las escaleras de las viviendas de primera línea de playa y hasta algunos locales de restauración, aunque sin causar daños en estos, según afirmaba desde uno de estos establecimientos.