La llegada a la provincia de un temporal de aire de polar continental desde el Este de Europa va a provocar que la provincia entre en el invierno de la manera más brusca posible, con un descenso de hasta ocho grados en las temperaturas, sobre todo las máximas. El frío comenzará a sentirse el lunes, pero será a partir del martes cuando comience a sentirse con fuerza, con temperaturas entre un grado de mínima y ocho de máxima en la franja costera provincial y hasta seis bajo cero de mínima en el interior y la Montaña. La cota de nieve caerá hasta los 800 metros.

«No es una ola de frío como la que han tenido estos días en Europa oriental y central. Se trata de un temporal de frío y con posibilidad de nieve en la montaña, que va a afectar sobre todo a la regiones del Mediterráneo dentro de nuestro país», advierte Jorge Olcina, director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante.

El temporal de frío y nieve por encima de los 800 metros, si al final se cumple la previsión de la Agencia Estatal de Meteorología, acabará con el tiempo primaveral del que disfruta la provincia desde que comenzó el año, caracterizado por el frío nocturno pero con máximas que han llegado a los 20 grados invitando a disfrutar de las playas pese a las montañas de algas que pueblan la orilla del mar.

Justo este enero se cumplen 90 años de la gran nevada que cayó sobre la provincia entre diciembre y enero de 1927 y que trajo frío intenso como los de los temporales de febrero de 1956, diciembre de 1970 y enero de 1985, que fueron los más intensos del siglo XX, según recoge un informe de los profesores Jorge Olcina y Enrique Moltó, investigadores del Laboratorio de Climatología de la Universidad.

En la ciudad de Alicante, la nieve llegó a alcanzar un palmo de y también cayeron hasta 40 centímetros de manto blanco en Elche y Orihuela. No obstante, los municipios de interior fueron los que registraron mayores cantidades de nieve. En Alcoy se paralizó la actividad económica y se cortaron las comunicaciones entre Alicante y Valencia. varias semanas.

Lo que no parece que traiga el temporal es una situación de gota fría como la que se formó a mediados del pasado diciembre y dejó registros históricos como los más de 400 litros por metro cuadrado que cayeron sobre el embalse de Beniarrés, que tuvo incluso que abrir las compuertas por seguridad y verter agua fuera de la infraestructura y que, sin embargo, hoy está lleno de lodo. El temporal supuso un alivio espectacular para la sequía que sacudía Alicante desde 2014.