Eran algo más que comportamientos poco éticos. «Apañar es apañar y pintar es pintar», así de contundente se muestra el juez Manrique Tejada cuando se refiere a la relación de estrecha amistad entre Enrique Ortiz y la exalcaldesa de Alicante Sonia Castedo. El magistrado alude a conversaciones en las que el empresario pide a Castedo que le pinte de azul varias parcelas en el futuro ordenamiento, y a otra en la que la representante municipal le dice que le han apañado lo que hay entre el APA9 y las Lomas del Garbinet y lo del Rico Pérez, zonas en las que el promotor tenía intereses urbanísticos. A lo largo de estos años, Castedo ha dado explicaciones sobre el significado de esas palabras. «Apañar es apañar, y pintar es pintar y sirvan estas tautologías, para evidenciar gráficamente el real compromiso existente entre los investigados», asegura Tejada en el auto.

El juez mantiene que el empresario Enrique Ortiz se prevalió de su amistad especial con Luis Díaz Alperi y con Sonia Castedo, las personas que tenían la facultad de dirigir la aprobación provisional de la revisión del planeamiento municipal. Para referirse a la amistad personal entre Ortiz y la exalcaldesa, Tejada recuerda unas conversación entre ambos durante la que Castedo le agradece el regalo navideño, hablan del vestuario, de la familia y de la preparación de un viaje previsto a Andorra para esquiar. Apenas dos meses antes se llevó a cabo la primera exposición pública de la revisión del PGOU. Según el auto judicial, durante los meses previos, la Policía registró llamadas entre ambos que apuntan a que el empresario «recibió en mano» documentación al margen de los servicios públicos ya que tenía el carácter de «reservado o secreto». Las llamadas se registraron durante los meses en los que el Plan General estaba en revisión y por tanto no tenía carácter público.

El magistrado apunta a que el sumario revela que Castedo recibió varios obsequios del empresario que podrían ser considerados un delito de cohecho. Entre ellos hay dos viajes a Andorra en las navidades de 2008 y 2009, con un coste de 2.672 y 1.820 euros respectivamente. El magistrado se remite a los informes policiales para concluir que «no existe ninguna extracción de dinero en efectivo, ni a través de cajeros automáticos cuyos importes pudieran evidenciar que se extrajo dinero para pagar ambos viajes». A pesar de que Castedo ha asegurado que se pagó ambos viajes, el magistrado apunta a Ortiz como el verdadero pagador.

Otro de los supuestos obsequios susceptibles de ser delito de cohecho para el juez son los viajes en el yate de Ortiz de Castedo y su marido a Ibiza durante el verano de 2009. El magistrado se limita a reflejar las valoraciones de dos peritos que fueron llamados para que estimaran el gasto de dichos viajes. El perito designado por el juzgado lo valoró en 131.000 y 110.000 euros, respectivamente. La defensa de Castedo presentó otro informe pericial en el que valoraba los viajes en 882 y 1.913 euros. Tejada se limita a dejar constancia de ambas valoraciones.

Por último, el juez se refiere al regalo de un Mini Cooper por parte del empresario a una amiga de Castedo. Aunque la mujer adujo que el coche lo pagó, el magistrado se remite al contenido de las investigaciones policiales para apuntar de la existencia de irregularidades contables que no respaldarían estas manifestaciones.