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Listo para dar las campanadas

El reloj del Ayuntamiento de Alicante está programado para que suenen los cuartos, los doce toques del Año Nuevo y el villancico Noche de Paz

Todo a punto para las campanadas

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Todo a punto para las campanadas J. Hernández

El más famoso reloj de las campanadas en España es el de la Puerta del Sol de Madrid, pero Alicante también tiene el suyo, y marcará la llegada de 2017 como lo lleva haciendo desde hace décadas. Está en la Torre del Reloj del Ayuntamiento y, aunque del original sólo queda la esfera exterior en números romanos que indica las horas (en metacrilato porque la original de cristal se rompió), así como las agujas. Se programa mediante un sistema electrónico y las campanas que tocan cada Año Nuevo son antiquísimas: según el Gremio de Campaneros Valencianos, la principal, que da las horas, fue fundida en el año 1695 y pesa 1.425 kilos. Los cuartos los da otra más pequeña, de 1861 y que pesa media tonelada.

Ya no hace falta que una persona esté al pie del reloj controlando que no falle nada, como hacía hasta hace poco más de 20 años el antiguo relojero, Antonio Lorente: el sistema era mecánico y tenía que estar pendiente. En los 90 se retiró el mecanismo de pesas y se introdujo uno electrónico que ahora controla Mariano Aguilar, de Campaneros Murcianos. Desde su ciudad se desplazó en la víspera hasta Alicante para programar el reloj a la hora de las campanadas «porque cambiamos de día, mes y de año. Se programa con antelación y no tiene por qué estar nadie aquí presente. Se utiliza un ordenador y el reloj va cronometrado con la hora de Frankfurt, la que Franco impuso en España». También programó las campanadas a mediodía para el primer cotillón infantil.

El relojero no sólo revisó el sistema electrónico. Subió a la Torre del Reloj para comprobar que el mecanismo que acciona las campanas está ajustado. Las hizo sonar a las 11:36 para desconcierto de los numerosos turistas que había en la calle y de los patinadores de la pista de hielo. Así, pudo darse cuenta de que tres de los seis fluorescentes que deben iluminar la esfera estaban fundidos y un funcionario procedió a ordenar la sustitución del material. «Hay un ordenador que manda las instrucciones a un motor que acciona el engranaje para que toquen las campanas en los cuartos y las horas gracias a un cuadro eléctrico. Cuando el reloj era mecánico se tiraba a mano de una cuerda. Aún queda el mazo de la campana grande».

En el instante entre la Nochevieja y el Año Nuevo, cuando el reloj marque las doce, sonará la campana de los cuatro cuartos y después la grande dará las doce campanadas dando paso al villancico Noche de Paz. Aunque en el campanario el sonido es atronador, en la torre se colocaron dos micrófonos para amplificarlo y que llegue mejor hasta la plaza. Si la Torre del Reloj del Ayuntamiento de Alicante se acondicionara a las visitas nada tendría que envidiar a otras muchas de Europa. Bajando por la estrecha escalinata está la sala donde estuvo el mecanismo del viejo reloj, una especie de museo donde quedan la estructura de madera, los artilugios y las cuerdas para tirar de la campana. «Hay una aceitera y latas donde el relojero seguro que echaba gasoil para limpiar las piezas», dice Aguilar. Ese reloj bajaba las pesas hasta una habitación inferior y se optó por quitarlo, opinó, cuando el Ayuntamiento precisó de más espacio. También hay inscripciones de los años 20 y 40 de vidrieros, relojeros y otros funcionarios.

El sistema electrónico permite programar las campanadas cuando se quiere. Toca en punto, en los cuartos y en las medias de 9 a 15 horas y de 17 a 22 horas, para respetar el descanso nocturno de los vecinos y la siesta. E incluso es posible «enmudecerlo» en la Alborada de la Patrona, en actos oficiales o para rodajes. Y programar melodías o himnos como en Hogueras.

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