Como recalca UGT en su informe sobre la brecha digital en España, «el alto coste» de la prestación del servicio de internet en zonas rurales puede fomentar la «exclusión» de sus residentes. Las ofertas de las grandes compañías de telecomunicaciones son muy dispares, tanto como los servicios concretos que incluyen. Sin embargo, los precios más competitivos se suelen encontrar entre los 15 y los 30 euros al mes para una conexión de unos 50 megas, en las que se suele incluyen comunicaciones fijas y por móvil. En cambio, las personas que residen en zonas rurales a las que no llega la conexión tradicional por cable, por cuestiones orográficas o por falta de rentabilidad económica por la escasa densidad de habitantes, se enfrentan a las tarifas medias de las empresas que ofrecen servicios de internet a través de wifi que rondan se rondan los 25 euros, pero para velocidades de 10 megas. Es decir, precios similares para conexiones cinco veces inferiores.
De hecho, en un reciente informe del Síndic de Greuges, ayuntamientos de pequeños municipios de la provincia reclamaban «internet en los servicios sociales» para que los ciudadanos puedan tener «acceso a servicios e instituciones» al haber sido suprimido en casi todos los pueblos. Y es que del acceso a internet, según recogía el informe del Síndic, «carecen numerosas personas, especialmente mayores, teniendo problemas así para tramitar cuestiones básicas a las que ahora solo se puede acceder desde internet».
