Madrid, y concretamente el barrio de Acacias, ha sido el lugar elegido por la diosa Fortuna este año para dejar el Gordo de la Lotería de Navidad. En esta ocasión, el número con mayúsculas ha sido el 66.513, dotado con cuatro millones de euros por serie .

Haciéndose de rogar y manteniendo la ilusión hasta casi el último instante, el premio se demoró hasta las 11.57 horas, en la séptima tabla, y las casualidades quisieron, además, que el mismo fuera cantado por Nicol Valenzuela y Lorena Stefan, quienes instantes antes habían dado el primer quinto del sorteo y, a su vez, habían dado el Gordo el año pasado.

En esta ocasión, el número fue vendido íntegramente en la administración número 32 situada en el Paseo de la Esperanza, número 4, cuyos propietarios llevan tan sólo cuatro meses al frente de este negocio. La suerte llegó a varios clientes de esta administración que están abonados al ya famoso número e, incluso, a los propios dueños, que se quedaron con un décimo. A pesar de que todas las series se vendieron en esta administración madrileña, la suerte de este primer premio también llegó de la mano de veraneantes, pasteleros o loteros a otros puntos del país como Abadiño (Vizcaya), Barcelona, Talavera de la Reina (Toledo), Palomares del Campo (Cuenca) o Almendralejo (Extremadura).

Las manos inocentes de Nicol y Lorena no sólo dieron este premio, sino que ya habían llevado la suerte a varias localidades tras cantar a las 11.54 horas el cuarto de los ocho quintos, el 70.264, y a las 12.02 horas el tercer premio, el 78.748, además del quinto que habían cantado en otra tabla.

Como es habitual, la alegría desbordó a quienes se vieron agraciados con el Gordo, como los residentes del centro para personas mayores «Peñuelas» de Madrid.

También la suerte llegó al PSOE, ya que algunos de los empleados de la sede de Ferraz resultaron agraciados con el Gordo, aunque no todos, ya que los cinco décimos que llegaron a la sede socialista habían sido regalados por la administración tras comprar el número «oficial» que juega el PSOE. Sin embargo, esta situación provocó malestar entre buena parte del personal porque dos de esos décimos regalados se repartieron en participaciones, no en toda la casa, y otros tres se lo quedaron tres trabajadores de Administración, entre ellos el gerente del partido, Goyo Martínez. Tras los primeros momentos de alegría, que fue anunciado incluso en las redes por el PSOE, se generó un profundo malestar entre quienes se preguntaban por qué si los décimos eran regalados como «agradecimiento» por la compra de un número entero no se repartieron entre todos los trabajadores. la La Gestora emitió un comunicado en el que se desvinculaba del asunto.