Ahora que estamos a las puertas de la Navidad, época de postales de felicitación, lo que menos espera uno es recibir una carta con un encabezamiento que deja sin palabras: «Ándate a la mierda, hijo de puta». Esto es lo que le ha pasado a un restaurador de Alicante, Gustavo Daniel Rodríguez, que regenta desde hace un año la pizzería Mamma Rita en el barrio de Benalúa, al que le llegó una factura de consumo eléctrico de Iberdrola con la sorprendente frase en el lugar donde debería estar escrito su nombre de abonado tras una trifulca telefónica con un empleado de atención al cliente. La eléctrica ya le ha pedido disculpas y le ha «invitado» a optimizar la factura tras darse cuenta de que tiene más potencia contratada de la que realmente consume, por lo que estaba pagando más de lo necesario por la energía que utiliza el restaurante. La última factura asciende a 572 euros por un mes de actividad.

Todo comenzó cuando Rodríguez, de origen uruguayo, llamó a Iberdrola para hacer una gestión sobre la forma de pago. Según relata él mismo, la primera persona que le atendió por teléfono accedió a lo que solicitaba pero le dijo que volviera a llamar porque el trámite lo tenía que hacer otro compañero. Éste, sin embargo, le explicó que el sistema no lo permitía. «Una tercera persona, erre que erre, dijo que tampoco. Te van pasando de unos a otros, y en un arranque de calentura, cuando iba a colgar, le dije "ándate a la mierda, hijo de puta". Pensé que había colgado y que no lo oyó».

Parece que la persona al otro lado del hilo telefónico, y del océano, puesto que le atendieron desde un «call center» de Chile, le escuchó perfectamente. Porque esa misma frase aparece escrita en el encabezamiento de la última factura, donde debería estar su nombre, y debajo, la dirección de su negocio y el código postal.

«Uno cuando recibe la factura lo último que mira es el encabezamiento, lo que se busca es el importe. Lo ví y lo archivé. A los pocos días vino a verme un comercial de una empresa de energía y me pidió que le mostrara una factura. La leyó y me preguntó si era el nombre de la empresa. ¿Cómo?, le dije. Me cogí al verlo un cabreo que ni te cuento y después me lo tomé un poco a risa. Pensé en ir a Consumo a denunciar pero me llamó un responsable de Iberdrola de Alicante para disculparse. Además para qué demandar, es querer ir contra Goliat, estamos desprotegidos», se confiesa el restaurador, que en enero cumple un año al frente de Mamma Rita.

Iberdrola se ha disculpado con él, invitándole además a cambiarse a un plan más barato ya que estaba pagando una potencia por encima de la que realmente consume el establecimiento del barrio de Benalúa. «Al responsable de la compañía que me llamó le dije que el tema no es ese. Porque, ¿dónde está la protección de datos si desde el otro lado del mundo pueden manipularlos y cambiar el nombre?», se pregunta Gustavo Rodríguez, sorprendido por el revuelo mediático causado.

Desde Iberdrola confirmaron a este diario que se le habían pedido disculpas a su abonado. «Hablamos con él ayer (el miércoles), y nos disculpamos. Todo se ha debido a un error, y el problema ya está solucionado, está resuelto», explicaron desde la compañía sin querer entrar en el comportamiento del empleado de atención al cliente. «Un responsable comercial ha quedado con él para optimizar la factura y ajustarla al consumo porque se le ha mirado así como la potencia, y se ha visto que se está gastando más de lo que necesita y había contratado. Se le bajará la potencia».