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Un segundo casquillo y a la espera de los resultados de la prueba de la parafina

La Policía sospecha que el asesino usó un silenciador al creer que los disparos en el lavadero se habrían escuchado

La Policía, inspeccionando el coche de la víctima. HÉCTOR FUENTES

La inspección ocular realizada por la Policía Nacional en el lavadero donde mataron a tiros a María del Carmen Martínez permitió localizar un segundo casquillo además del primero que descubrieron a simple vista diferentes testigos. Así lo aseguró ayer el delegado del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Juan Carlos Moragues, quien sin embargo no ofreció detalles sobre el tipo de munición empleada por el asesino.

Los expertos de Balística de la Policía Científica están analizando dichos casquillos para emitir un informe sobre el arma empleada y determinar si ha sido utilizada en algún otro hecho delictivo.

También están pendientes de determinar si el sicario utilizó un silenciador para efectuar los dos disparos en la cabeza a la mujer. No obstante, en un principio la Policía se inclina por barajar la posibilidad de que empleara un silenciador para amortiguar el sonido de los dos disparos, ya que al ser en el interior del lavadero probablemente los tiros se habrían escuchado con más potencia y algún empleado del negocio de coches se habría alertado, algo que no ocurrió porque los trabajadores declararon a los investigadores que ni vieron nin escucharon nada.

La Policía Nacional también realizó tras el crimen la prueba de la parafina a varios trabajadores, pero las muestras tienen que ser analizadas en Madrid por expertos en la materia y aún no se conocen los resultados, según aseguran a este diario fuentes cercanas al caso.

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