Mezclan sexo y drogas, en ocasiones con graves consecuencias. Los expertos alertan del auge que está adquiriendo el «Chemsex», un juego en el que un grupo de personas mantiene relaciones sexuales al tiempo que consumen drogas, tanto fumadas como inhaladas o por vía intravenosa. El problema llega cuando no se toman las precauciones más elementales, como el uso del preservativo. «Los mecanismos de transmisión del VIH en este tipo de situaciones aumentan, bien por mantener sexo sin protección o por compartir el material que se usa para consumir drogas», señala Sergio Reus, médico adjunto del servicio de Enfermedades Infecciosas del Hospital General de Alicante. Y es que en este tipo de fiestas es habitual el uso de jeringuillas, cánulas e incluso enemas. La práctica del «Chemsex» ya es habitual en las grandes ciudades y un informe presentado ayer por el Hospital La Paz revela que el 37% de los 511 varones gays infectados con VIH analizados lo ha practicado alguna vez.

Precisamente ayer se celebró el Día Mundial contra el Sida. En la Comunidad Valenciana hay 350 personas infectadas de VIH. La tendencia de los últimos años es que la tasa de incidencia se mantiene estable, «con una disminución de casos entre los adictos a drogas parenterales y en heterosexuales. Entre los homosexuales, los casos se mantienen estables», según apunta Reus. A los expertos les preocupa que el 60% de los contagios «se deben a la práctica de sexo sin protección» y que la mitad de los enfermos son diagnosticados tarde, «cuando su estado de salud está muy deteriorado», señala. Además un tercio de los infectados desconoce que tiene la enfermedad, por lo que sería necesario facilitar el acceso a las pruebas rápidas de VIH. «Ese tercio de pacientes es el más peligroso, porque es el que continúa propagando la enfermedad». Por eso, añade Reus, «sería una buena idea que los médicos de familia dispusieran de pruebas rápidas de VIH, porque ellos son la puerta de acceso al sistema sanitario. Y la gente y los facultativos deben mentalizarse de aplicarla ante cualquier situación de riesgo de contagio y no sólo a población drogadicta». Actualmente, los centros de salud realizan pruebas para detectar el VIH, pero se hacen a través de analíticas convencionales, por lo que se demoran varios días. Las pruebas rápidas permiten tener resultados en menos de media hora. Entre los logros de los últimos años, destaca la curación de más del 90% de las hepatitis crónicas C de los pacientes con infección por VIH. «Hasta ahora la hepatitis C era la principal causa de fallecimiento entre las personas infectadas». Este avance ha sido posible gracias a la aparición de los fármacos de última generación para tratar esta dolencia,.

En cuanto a los tratamientos antirretrovirales, éstos han evolucionado significativamente en los últimos años. «Son muy bien tolerados por la mayoría de los pacientes y su pauta es muy sencilla, basta en la inmensa mayoría de casos con tomar una pastilla diaria».