Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Contracrónica

El abierto total y el misterio de la esfinge

El debate sobre los horarios comerciales alió a todas las fuerzas del pleno contra Ciudadanos

La apertura en festivos de las grandes superficies en Alicante se ha convertido en una especie de maldición para el tripartito y, desde ayer, también para Ciudadanos, grupo político que tuvo la habilidad de presentar en el pleno una propuesta que los de Yaneth Giraldo se autoenmendaron incomprensiblemente antes de empezar a debatirla para acabar haciéndola más ininteligible de lo que era en un principio. Los de C's demostraron que el abierto total que demandaban para las grandes superficies puede ser ese demonio de destrucción y mala suerte del que Aristófanes hablara en la antigua Grecia: la esfinge.

La propuesta de que abran todas las grandes superficies y no solo las situadas en Maisonnave fue derrotada por los votos del PSOE, Guanyar Alacant, Compromís, el PP y los dos concejales no adscritos. Y no lo fue porque algunos, el PSOE y el PP, no puedan estar de acuerdo, sino por una cuestión táctica, ya que hacerlo ahora es de lo más inoportuno, puesto que pondría al Ayuntamiento en una situación insostenible. Le obligaría a desistir de recurrir la sentencia que plantea el abierto total y abriría el camino a que las grandes superficies pidieran una indemnización a las arcas municipales, dejando a la administración local con las manos atadas. Lo aseguró el alcalde socialista, Gabriel Echávarri, y lo ratificó el portavoz popular, Luis Barcala, quien llegó a vaticinar que el primero «se queda corto» en sus designios de ruina para las arcas públicas.

Por qué la formación naranja decidió desacreditarse de la manera que lo hizo, en un asunto tan delicado, en un momento tan comprometido, con un planteamiento que evidenció que no creían en lo que decían, aunque puede que hasta sí lo creyeran, es un misterio tan insondable como ese ser mitológico de cabeza humana, cuerpo de león y alas. Para su solución solo cabe buscar ayuda en el maestro de periodistas Manu Leguineche, quien en su libro El Club de los Faltos de Cariño dejó claro que «El exceso de información confunde las mentes y estraga la curiosidad». Eso se logró en el pleno de Alicante, mentes confundidas y curiosidades anestesiadas.

Desde que José Luis Cifuentes dejara el grupo municipal a su suerte, el tripartito y el PP le hablan a cada concejal de Ciudadanos que osa tomar la palabra en el pleno como si fueran tontos. No está bien, pero ellos hasta se dejan. Es evidente que el alcalde echa de menos al catedrático de Lengua. Ayer, el subconsciente le traicionó y llamó Cifuentes al concejal de Limpieza de Guanyar Alacant, Víctor Domínguez, a quien con su ausencia en un pleno el profesor salvó de la reprobación. ¿Quiso decir algo sin decirlo Echávarri? Otra incógnita.

No todo fue malo ayer para Ciudadanos. La concejal María José Molina tomó posesión de su cargo: «Voy a que me den un collar muy bonito», le dijo a su pequeña hija Ariadna. Le dieron el collar con la medalla de edil de la Corporación, intervino en el pleno, y si cada concejal que le dio la bienvenida le hubiera dado un click en su perfil en las redes sociales, igual se habría convertido en trending topic. Hubo hasta quien le felicitó varias veces. Otro misterio.

Como «hay un tiempo para el valor y otro para la prudencia y el que es inteligente sabe distinguirlos» -Robin Williams en El Club de los Poetas Muertos-, Nerea Belmonte, exedil de Guanyar, aprovechó en el pleno para cargar, otra vez, contra el vicealcalde, Miguel Ángel Pavón, él sí en Guanyar. De «anticlerical» le tachó la concejal, y como el edil de Urbanismo ni se inmutó, Belmonte reveló que en una reunión a la que ella asistió cuando pertenecía al grupo, los ediles se dedicaron a increpar a Daniel Simón, concejal de Cultura, por haber acudido a un acto en el monasterio de la Santa Faz y aparecer rodeado de las monjas. Todas las miradas se dirigieron hacia Simón, pero como éste ni parpadeó, el interés decayó.

Por qué estaba ayer tan de mal humor el portavoz del PP Luis Barcala quedó sin resolver. Su tono fue desacostumbradamente duro, muy lejos del dandismo que practica. «Estará afectado como todos en el PP por la muerte de Rita Barberá», apuntaron. Quién sabe. El edil popular pidió un minuto de silencio para la exalcaldesa de Valencia y el alcalde se lo dio en el inicio del pleno. Los concejales de Guanyar se levantaron y salieron. Ya lo sentenció Federico García Lorca, «Un muerto en España está más vivo como muerto que en ningún sitio del mundo».

Compartir el artículo

stats