El concejal de Medio Ambiente de Alicante, Víctor Domínguez, señaló ayer que no hay estadísticas ni datos reales sobre las cacas de perro en las calles pese a que el viernes, en un Pleno infantil, el alcalde, Gabriel Echávarri, aseguró que cada día se quedan sin recoger unas 24.000. Según Domínguez, el regidor hizo un cálculo por encima utilizando un «recurso retórico». «Sería casi imposible saberlo», afirmó. En este sentido, desde la empresa de limpieza, UTE Alicante, corroboraron que el alcalde hizo un cálculo estimativo, «teniendo en cuenta que no todos los perros están censados, que cada uno hace sus deposiciones dos o tres veces al día, y que no el 100% de los dueños son responsables de sus mascotas».

Sobre los excrementos caninos, el edil de Medio Ambiente señaló que están entrando expedientes de sanción de la Policía por no recogerlos de las calles. «Aunque me gustaría que fueran más, cuando llegamos al gobierno no se estaban poniendo», afirmó.

Los orines de los perros que ensucian fachadas, bancos públicos o farolas centrarán la próxima campaña de concienciación ciudadana sobre limpieza de la ciudad que prepara el área de Medio Ambiente del Ayuntamiento para los próximos meses, y que consistirá en el reparto a los ciudadanos que tienen mascotas de recipientes con algún tipo de detergente para tratar de minimizar el efecto del orín. Una acción que pretende poner el acento sobre el negativo impacto que sobre el mobiliario urbano tiene la orina canina, además de su mal olor, que se sumará a las campañas para promover la recogida de excrementos de las calles.

«A lo largo de 2017, trataremos de introducir en la mentalidad de los alicantinos el tema de la botellita con algo de detergente para echarlo. Esa es la idea. Probablemente nosotros repartiremos una cantidad de recipientes para que cuando se gaste la gente lo rellene». Una acción que ya algunas personas, recordó, realizan de «motu propio».