El Ayuntamiento ha iniciado esta semana los trabajos para rehabilitar el Puente Rojo, que conecta el sur y el norte de la ciudad a través de la Gran Vía, con la limpieza a presión del puente, lo que, unido a las obras para retirar de la acera el carril-bici, provoca congestiones de tráfico y grandes retenciones en las horas puntas del mediodía al cortarse un carril para salvaguadar la seguridad de los operarios. La limpieza para su posterior pintado forma parte de la iniciativa a desarrollar este año con un coste de 335.000 euros con cargo al dinero obtenido tras liquidar el presupuesto del año pasado. Los trabajos se desarrollan, por otro lado, en pleno debate entre la Plataforma Renfe, el Ayuntamiento y el Consell sobre el futuro que se debe dar a un puente que sigue siendo clave para la circulación de los vehículos, pero que también ha perdido protagonismo desde que por debajo no pasan ya los trenes tras el soterramiento parcial de las vías para la llegada del AVE.