Líderes musulmanes, judíos y cristianos, representantes de las tres confesiones de Jerusalén, han unido sus voces en Alicante para reivindicar el papel de las religiones en la solución del conflicto entre Israel y Palestina al considerar que el proceso de paz está «congelado» y que los políticos se han «rendido». Es la posición de la treintena de mandararios que participan en la «Cumbre de líderes religiosos por la paz en Oriente Medio», que se celebra en Casa Mediterráneo, organizada por el Ministerio de Asuntos Exteriores, la Red de Casas, y la Alianza de Civilizaciones de Naciones Unidas. Un evento en el que por primera vez se reúnen líderes de las tres religiones, dispuestos a negociar, y al que también asisten el obispo de Alicante, Jesús Murgui.

Los dignatarios, que durante tres días han celebrado reuniones privadas para acercar posturas, reivindican la legitimidad de España como mediadora al ser cuna de la tradición histórica de las tres religiones que convivieron en ciudades como Toledo. De ahí su propuesta de que el Gobierno patrocine un comité con representantes de las tres confesiones para negociar «una paz religiosa».

Recogió el guante el secretario de Estado de Exteriores, Ignacio Ybáñez, que animó a no dejarse vencer por la instrumentalización de las religiones en los conflictos. «Es positivo que coincidan en un mismo mensaje frente a grupos como el Daesh que quieren utilizar las religiones como elemento de confrontación. La solución parece lejana pero urge abrir un nuevo horizonte para el proceso de paz. España ha incidido ante el consejo de seguridad de Naciones Unidas en que hay que facilitar el diálogo. Creemos en el papel de la sociedad civil para acercar» a palestinos e israelíes, afirmó, tras destacar que este año se cumple el 25 aniversario del histórico proceso de paz de Madrid que «abrió una puerta de esperanza a la solución del conflicto». Ybáñez anunció que Exteriores apoyará programas de educación, en internet y de juventud para frenar los extremismos, y habló de un Israel seguro y de una Palestina factible.

En este sentido, mandatarios cristianos, incluidos ortodoxos, y musulmanes defendieron la constitución de dos estados. Como el arzobispo William Shomaly, patriarca latino de la Iglesia católica de Jerusalén. «Hoy más que nunca es la única solución viable, aunque parezca increíble, el que haya dos estados. Ese es el planteamiento concreto que estoy realizando».

El arzobispo dijo que se encuentra en Alicante entre religiosos líderes del Islam y judíos para «encontrar el camino» de la solución del conflicto porque «las negociaciones están heladas. Los políticos están lejos del problema, la comunidad internacional también. Los líderes religiosos de los lugares santos tenemos una responsabilidad en el proceso, que está en punto muerto, para llegar a una paz duradera entre todos los pueblos que viven en Tierra Santa».

El jeque palestino Imán Al-Falouji, presidente del Centro Adam para el Diálogo de Civilizaciones, indicó que «el presidente de la Autoridad Nacional Palestina, Mahmud Abbas, pone todo el esfuerzo para la paz pero choca con la negativa del gobierno de Israel». En el debate sobre la responsabilidad de los líderes religiosos en la construcción de la paz, Al-Falouji, dijo que el extremismo israelí desespera al pueblo palestino en respuesta al rabino Yaakov Ariel, quien habló de qué hacer para que los textos religiosos «no se puedan interpretar para matar».

Otro rabino de Jerusalén, Michael Melchior, explicó que el proceso de paz en Oriente Medio prácticamente no existe y que «lo peor es que nadie cree hoy que sea posible. Esto crea frustración entre la gente que odia la violencia. Hay que rescatar la creencia en la paz, hay mucha gente joven que piensa que se puede cambiar nuestra realidad». Melchior abogó por hallar una solución «porque hay mucha gente viviendo junta en la misma tierra, de tres religiones. Todo el mundo quiere abandonar cuando están en la mesa negociando, todo el mundo se ha rendido. Nosotros lo contrario». El rabino desveló que fue viceministro de Exteriores de Israel y lo dejó «porque vi que la paz política no iba a ningún sitio». En cambio, opina que los líderes religiosos tienen influencia real en «miles y miles de personas» de los lugares santos, de ahí que augure la construcción de «una nueva atmósfera propicia para la paz». Fue un mensaje similar al del rabino jefe de Israel, David Lau, quien animó a israelíes y palestinos a abrir una etapa de reconciliación.