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La falta de la Vía Parque colapsa la avenida de Dénia y la Gran Vía en hora punta

El Ayuntamiento busca itinerarios alternativos para aliviar el colapso por el paso de 130.000 vehículos

La falta de la Vía Parque sale cara en hora punta

Conducir en hora punta escolar por la Gran Vía y la avenida de Dénia, que vertebran gran parte del tráfico en el centro urbano de Alicante y en las playas, es sinónimo de quedarse atrapado en medio de largas retenciones por la falta de alternativa: la Vía Parque, que sigue sin acabarse. Los autobuses escolares se unen a los conductores en unas arterias casi siempre congestionadas, de hecho más de 130.000 vehículos circulan al día por aquellas avenidas. Y luego está la velocidad que alcanzan los coches y otros vehículos en zonas escolares, que ha llevado a la mitad de colegios de la ciudad a reclamar que se rebaje a 30 kilómetros por hora en el acceso a los centros.

Pese a que el gobierno local intenta incentivar el transporte público y al uso creciente del carril bici, los grandes viales de Alicante se siguen colapsando y el actual diseño de la ciudad se muestra incapaz de absorber el ingente volumen de vehículos a determinadas horas del día. Y eso que los técnicos de la Sala de Control de Tráfico del Ayuntamiento no dejan de intentarlo. La principal solución, la citada Vía Parque, sigue con las obras paradas a falta de un tramo de escasamente tres kilómetros para terminarla. Mientras se culmina o no el que sería el segundo eje vertebrador de la ciudad, el tripartito proyecta crear una aplicación web con el tráfico en tiempo real, instalar paneles informativos en los principales viales y arrancar el proyecto «Alicante se mueve», presupuestado en 2,94 millones de euros, de los cuales el Ministerio de Industria aportará 1,8 millones, y el resto saldrá de las arcas municipales. Este proyecto «Smart City» contempla instalar 142 cámaras de tráfico en las calles para vigilar la circulación y con los miles de datos que arrojarán se harán estudios para mejorar los flujos de vehículos.

Entre los peores embotellamientos a la hora de los colegios están los que sufre la Gran Vía, sobre todo desde el acceso sur por la avenida de Elche hasta el cruce con la calle Teulada. La causa está en la zona escolar del PAU 2, donde están Maristas, el colegio Altozano y el instituto de San Blas. Es tal el caos de tráfico que se forma en ese punto -repercute en gran parte de la arteria-, que la asociación de vecinos del citado barrio, que tiene cada vez más residentes y que se quejan de que pagan uno de los recibos de IBI más elevados de la ciudad, acaba de exponer al edil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, la necesidad de financiar la adecuación de la avenida Isla de Corfú para evitar que, además, los residentes se queden «encerrados» al ser la única forma que tienen para salir del barrio

Según explican, en este tramo de la Gran Vía «el asfalto no se encuentra en las mejores condiciones y no conecta adecuadamente con las intersecciones de las calles Ciudad de Toyoka ni Ciudad de Wenzhou. A todo esto hay que añadir la conexión con otro vial que parte del centro comercial Isla de Corfú, que satura aún más la avenida sobre todo en horario escolar. Y todavía no enlaza con la Vía Parque, que sigue sin acabarse», expone Miguel Ángel Gracia, secretario de la asociación de vecinos. Un problema de incomunicación que se extiende al PAU 1.

La Gran Vía conecta en torno a una decena de barrios del norte de la ciudad y del sur, y por ella circulan cada día aproximadamente 60.000 vehículos, de ellos 32.000 hacia el Puerto, y 28.000 en dirección al barrio de Los Ángeles, según datos del área de Tráfico. La finalización de la Vía Parque puede solucionar gran parte de los problemas, según reivindican más de una docena de asociaciones de vecinos. Los del PAU 2 le preguntaron a Pavón por el tramo que falta para terminarla y conectar Rabasa con Florida Babel, y el edil de Urbanismo les respondió que para la Concejalía son obras de máxima prioridad. Con este tramo se acabaría una arteria que parece interminable por los reiterados parones en su ejecución por parte de la administración autonómica.

En el caso de la avenida de Dénia, los atascos a la hora de los colegios se forman en la rotonda de Jesuítas y más adelante en el cruce de la Vía Parque, tramos donde hay gran cantidad de centros escolares. Vecinos y conductores afectados proponen el uso de caminos que hay por detrás del colegio Ángel de la Guarda y del CEU Jesús María de Alicante, en el entorno de la avenida Caja de Ahorros, para poder aliviar el colapso de la rotonda donde está la escultura de la Abubilla.

Así las cosas,el concejal de Tráfico del Ayuntamiento, Fernando Marcos, afirma que los técnicos del área tienen sobre la mesa distintas soluciones para agilizar la circulación rodada en una ciudad en la que los grandes viales soportan más de 170.000 vehículos al día. En el caso de los PAUs 1 y 2 explicó que se está elaborando un estudio para dar salida al tráfico que ahora se queda estrangulado. Sobre la Avenida de Dénia admitió que es una zona conflictiva por la acumulación de vehículos en horas punta y a la entrada de los colegios, y culpa de gran parte del problema a una mala ejecución de la rotonda principal, «que no puede absorber todo el tráfico porque no tiene las dimensiones que tiene que tener y se producen una serie de movimientos de vehículos no naturales», de ahí que se haya reforzado, dijo, con policía local y semáforos. Método que se ha extendido a la Vía Parque.

«Los puntos conflictivos afectan a la ciudad. Los técnicos están trabajando en la Sala de Control de Tráfico sobre ellos en tiempo real, mañana y tarde. Estudiamos establecer rutas recomendadas para que los tiempos sean menores», destacó. También anunció la próxima creación de una aplicación web con navegador para que el conductor se informe al segundo y «estamos viendo las posibilidades de implantar paneles informativos a tiempo real».

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