El tripartito prevé firmar esta semana el contrato para la urbanización de los accesos y el ajardinamiento del Observatorio de Medio Ambiente, un proyecto que empezó a principios del año 2012 y que ha estado siempre rodeada de polémica por unos retrasos que hicieron que el Ayuntamiento haya perdido por el momento unos 64.000 euros de fondos europeos por no terminar la edificación en los plazos marcados.

Con el objetivo de ganar tiempo, la Concejalía de Medio Ambiente contactó con una empresa para que se encargara de despejar el entorno del edificio de las montañas de piedras y arena extraídas del subsuelo, un material procedente del inicio de las obras a cargo de una empresa con sede en Madrid con la que el Ayuntamiento, entonces en manos del PP, rompió el contrato dos años después del arranque del proyecto por incumplir los plazos establecidos. Y es que el periodo de ejecución previsto de la obra, presupuestada en casi un millón de euros, era de un año. «La limpieza del entorno no nos cuesta dinero porque la empresa hace gratis el trabajo a cambio de quedarse con el material retirado», asegura el edil de Medio Ambiente, Víctor Domínguez, quien prevé que esta semana se firme el contrato para la urbanización de los accesos. Una obra que se estima se prolongue como máximo dos meses. «Intentaremos que se acorten los plazos», subraya Domínguez, ya que el proyecto está presupuestado con el remanente destinado a las inversiones sostenibles, que tienen que estar terminadas antes de final de este año. En esa contrarreloj, el Ayuntamiento espera que los trabajos de los accesos empiecen ya esta misma semana.

En una obra que ha ido acumulando retrasos desde su inicio, el concejal de Medio Ambiente asegura que la última empresa en hacerse cargo de la adjudicataria del Observatorio ha aceptado finalmente terminar los trabajos que le exigía la empresa encargada de la redacción del proyecto. Este enfrentamiento ha paralizado las obras de construcción durante medio año. Si el Observatorio no está en marcha a principios de 2017, peligra otra parte de las subvenciones llegadas desde la Unión Europea.