El proyecto del Ayuntamiento de Alicante de cambiar el nombre de 45 calles y espacios públicos en cumplimiento de la Ley de Memoria Histórica seguirá adelante pese a la oposición de los vecinos y comerciantes de Calvo Sotelo, que en las últimas horas han colgado carteles en las fachadas de los edificios como muestra de rechazo a que la plaza pase a llamarse Puerta de San Francisco. «La iniciativa se aprobó en la comisión de Memoria Histórica, en la que también estaba representada la sociedad civil», recordó ayer Natxo Bellido, líder de Compromís, formación política que dirige el área de Memoria Histórica.

Las quejas surgidas entre los vecinos y comerciantes de Calvo Sotelo en los últimos días, primero en forma de recogida de firmas -acumulan ya más de 1.200 apoyos- y ahora con numerosos carteles colgados en las fachadas de los edificios que dan a la plaza, no parecen que vayan a llegar a buen puerto. «La propuesta se aprobará en la Junta de Gobierno de este martes, no está previsto ningún cambio», subrayó ayer Bellido, quien recordó que el periodo de alegaciones «ya ha pasado».

El cambio de nombre del callejero en Alicante ha suscitado varios frentes de protestas en las últimas semanas. Entre ellos, el que tuvo lugar en la calle José Luis Lassaletta, donde los vecinos se opusieron al traslado del nombre de la calle a un lugar más céntrico de Alicante, como pretendía el tripartito. Finalmente, los vecinos ganaron el pulso y el exalcalde socialista seguirá dando nombre a un vial en Gran Vía Sur. Las protestas vecinales también tuvieron éxito en la actual plaza de la División Azul. Allí, la Concejalía de Memoria Histórica pretendía renombrar el espacio como plaza del Pueblo Gitano. Ante las críticas de colectivos ciudadanos, el departamento dirigido por María José Espuch optó por cambiar el paso y llamarla plaza de la Igualdad, el nombre que previsiblemente se aprobará definitivamente en la Junta de Gobierno de mañana. Y es que el tripartito ha optado por no llevar a pleno la propuesta del cambio del callejero, ante la posición de minoría en la que se encuentra. El equipo de gobierno, frente a la postura de la oposición municipal, sostiene que no es necesario el voto a favor del pleno.

Desde el PP, la concejala Mari Carmen de España mostró ayer el «apoyo y solidaridad» con los vecinos de Calvo Sotelo. «La eliminación del nombre de esta plaza carece de justificación porque no entra dentro de los requisitos de la Ley de la Memoria Histórica, es un ajuste de cuentas. Echávarri quedará como el alcalde que quitó el nombre a la plaza de Calvo Sotelo, a pesar del rechazo de los vecinos», añadió De España.

Por su parte, la portavoz municipal de Ciudadanos, Yaneth Giraldo, criticó ayer que el tripartito «no haya hecho nada para consensuar» con los vecinos el cambio de nombres. «Y encima no quieren llevarlo a pleno. Si están tan seguros, que lo sometan a votación», añadió la edil de C's.