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Baeza sale del almacén del olvido

El Consell restaura tres murales del pintor de 1954 que decoraron el Postiguet y han estado más de una década deteriorándose

Baeza sale del almacén del olvido

Al rescate del patrimonio. Tres paneles del pintor alicantino Manuel Baeza que estuvieron en el olvido embalados en un almacén municipal durante más de una década, van a salir a la luz. El Consell está restaurando las tablas, datadas de 1954 y que realizó el artista, una figura del pasado siglo que destacó por sus grandes murales y mosaicos.

«Mujeres con cesta de pescados», «Pescados» y «Mujeres cosiendo redes de pesca» estuvieron decorando los dos pabellones del Postiguet desde 1956 hasta los ochenta. Fueron un encargo del entonces alcalde de Alicante, Agatángelo Soler, a Baeza, a quien pagó 200.000 pesetas de la época, explicaron fuentes del Consell.

El propietario encargado de la explotación del local tenía la custodia de las obras, que con el paso del tiempo se fueron deteriorando de forma inexorable, teniendo en cuenta que se encontraban en una cafetería y se llenaron de grasa y manchas de bebida.

Hubo un intento de protegerlas con un cristal para que no sufrieran daños, pero el propio Baeza rechazó la idea, según las mismas fuentes. En los ochenta se procedió a la demolición de los pabellones y los murales acabaron en un almacén municipal, embalados, olvidados y sin que se diera importancia a su valía artística. Hace unos años, cuando se remodeló el edificio denominado «Casa de Máquinas», en la calle Italia, para acoger el centro de interpretación de los refugios antiaéreos, salieron a la luz. La concejalía de Patrimonio se hizo cargo de ellos y las guardó hasta que se pudieran restaurar.

Y así, hace unos meses, el Instituto Valenciano de Conservación y Restauración, organismo dependiente de la conselleria de Educación y Cultura, se puso en contacto con el Ayuntamiento para colaborar en la recuperación del patrimonio de la ciudad mediante la restauración de obras, asumiendo a su vez el coste de los trabajos. El consistorio decidió que fueran estas tres piezas de Baeza las que se sometieran a la reforma.

«De las tres, hay dos que presentan problemas de soporte por el aglomerado», afirma Greta García, técnico en restauración de arte del Instituto Valenciano. De hecho, se plantearon incluso cambiar los soportes pero descubrieron que eran de fibra direccionada, «un material muy vanguardista para la época, según nos confirmó el Instituto Tecnológico de la Madera, y decidimos respetar la idea del autor».

La técnico municipal Luisa Biosca incide en el deterioro de los paneles: «Estaban llenos de grasa, el soporte estaba muy desecho y las esquinas presentaban un estado lamentable».

Los murales, de grandes dimensiones, alrededor de dos metros de largo por 2,5 de ancho, viajaron a finales de verano a Valencia y los trabajos de restauración en el Instituto se alargarán por espacio de un año. El concejal de Cultura, Daniel Simón, explicó que es «muy positiva» esta colaboración con el Consell, «a la que no estábamos acostumbrados y que favorece que el patrimonio de la ciudad se pueda recuperar».

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