Veinte años ya de la fundación en España...
En India llevamos 47 años. Empezamos desde cero para construir la obra y conseguir experiencia en todos los ámbitos del desarrollo para formar un equipo de recursos humanos. Esto nos llevó 25 años. Trabajábamos con 200 ó 300 pueblos. En 1996 pusimos en marcha la fundación en España y rápidamente alcanzamos los 130.000 padrinos y colaboradores que tenemos hoy. Gracias a este apoyo hemos podido extender el trabajo a 3.000 pueblos, tenemos cuatro hospitales, escuelas suplementarias y programas de ecología porque es una zona muy seca. Trabajamos con mujeres y con personas con discapacidad. Que podamos ayudar a tantas personas a salir de la pobreza extrema y a tener una vida digna es gracias a estos 20 años de apoyo de España.
Según un estudio, el trabajo de la fundación ha logrado sacar de la pobreza extrema en la India a tres millones de personas. Sentirá una gran satisfacción...
Efectivamente. Aunque no llegamos a todas las familias. Queda todavía mucho por hacer, hay zonas que son nuevas para nuestra labor, donde viven las personas como vivían hace 30 años en Anantapur (donde tiene su sede la fundación).
¿Qué es lo que más le preocupa ahora mismo?
Llevamos cinco o seis años en estas zonas nuevas y estamos empezando en todos los sectores de trabajo. Hay un proyecto importante que está muy cercano a mi corazón y es el movimiento para luchar contra la violencia de género. En todo el mundo sé que existe, pero en India es brutal. Hemos trabajado con mujeres socioeconómicamente desde hace 35 años y han progresado en su confianza y su autoestima un montón, pero alrededor de este problema de violencia estamos trabajando sólo tres años. Sé que tendremos que trabajar muchos años más para marcar una diferencia con este gran problema.
También tienen un proyecto para personas discapacitadas...
Con personas con discapacidad empezamos a trabajar en los años 90, y eran personas muy aisladas en sus familias y comunidades. Todo el mundo pensaba que porque eran ciegos o sordos no tienen inteligencia y por eso ni hablaban con ellos. Hemos trabajado mucho en todos los sectores pero queda mucho aún para que las personas con discapacidad se sientan iguales y tengan una vida digna, un trabajo y ganen su propio dinero.
¿Y en educación?
En educación hemos logrado mucho, porque no había escolarizado ni un niño en nuestra zona y ahora está el 100%. Pero hay que vigilar que las niñas estudien hasta bachillerato. Si abandonan la escuela, los padres concertarán su matrimonio con 15 años ó 16 años. Estamos en una zona nueva del bosque donde la gente ha vivido miles de años. El gobierno les anima a salir para que se desarrollen y les da campos para cultivar, pero ellos se mueven entre su trabajo tradicional de cazar y la vida moderna. Sus niños no están escolarizados, no tienen acceso a la sanidad. Estamos trabajando tanto con las familias que se han quedado en el bosque como con los que han salido fuera.
¿Recuerda los primeros años?
Trabajamos mucho en sanidad. En los primeros años las familias pedían un parto seguro para las mujeres. No había infraestructura, ni médicos ni enfermeras, nos llevó 25 años poder decir tenemos hospitales donde cada año 14.000 mujeres dan a luz y tienen un parto seguro.
¿Ha afectado la crisis en España a los apadrinamientos?
Muchas familias en España han perdido su casa, el trabajo, pero todavía contamos con 130.000 padrinos y colaboradores. Piensan mucho en la familia y en el niño apadrinado en India, en su futuro. Hemos perdido unos 5.000 padrinos pero todavía tenemos un gran grupo de amigos y colaboradores. La constancia de su apoyo y de nuestro trabajo ha hecho posible resultados en todos los programas. Se dice que es difícil erradicar la pobreza extrema pero lo he visto con mis propios ojos. Vicente dijo hace muchos años que si trabajamos a nivel de la tierra, en los pueblos, con las familias, si conocemos sus problemas, si trabajamos mano a mano con ellos, no hay límites. Podemos ayudarles a salir de la pobreza y a tener una vida digna.
¿Cómo ve el drama de los refugiados?
No puedo creer que no haya una solución. Cómo puede ser que no podamos encontrarla.
