Cada vez entiendo menos lo que pasa a mi alrededor. Ayer fue un ejemplo. En el Consejo de Comercio de Alicante se tomó la decisión de dejar las cosas como estaban hace 12 meses: las grandes superficies comerciales de la avenida de Maisonnave pueden abrir todos los festivos. El año transcurrido entre el cierre por compromiso electoral del alcalde y la reapertura forzada por el Consell y defendida porque hay mejoras para los trabajadores que llevan a los sindicatos UGT y CC OO a votar en contra solo ha servido para que los alicantinos asistieran estupefactos durante un año a las continuas disputas en el seno del tripartito por el «abierto total» de Echávarri e incluso a las descalificaciones entre los responsables autonómicos de Comercio (Compromís) y los locales (PSOE), con invitaciones de por medio a dejar el gobierno local. Asombrosamente, el resto de grandes superficies que pidieron abrir en festivos no se han sumado a la oferta realizada por el Ayuntamiento para poder hacerlo. Un año de deterioro institucional por no tener un modelo comercial claro en Alicante.
