Recién acabado el Debate sobre el Estado de la Ciudad, mientras los presentes aún se preguntaban los motivos de la «espantá» del alcalde, Gabriel Echávarri, que decidió no intervenir durante la sesión, el concejal de Cultura, Dani Simón (Guanyar), saltó rápido de su asiento para dirigirse a la portavoz de Ciudadanos, Yaneth Giraldo. Lo hizo con el gesto torcido, aireando su visible enfado. Con el dedo índice en alto, Simón acusó a Giraldo de «mentir» en su análisis sobre la situación de la Concejalía de Cultura, repitiendo lo hecho minutos antes durante el debate por lo que fue reprendido por el propio alcalde. «He visto que se dirigía de muy malas formas a mi portavoz y me he metido por medio», aseguró ayer Antonio Manresa, edil de C's, quien reprochó a Simón sus formas. «Le he dicho que tiene muy poca cintura política, que las críticas siempre se las toma como una cuestión personal», confesó Manresa.

Ante la escena que sucedió instantes después de que finalizara la sesión, ediles de la oposición, sobre todo José Ramón González (PP), intentaron calmar a un nervioso Simón. Le separaron de Giraldo y de Manresa con el objetivo de rebajar una tensión que subió de nuevo cuando la concejala de Educación, María José Espuch (Compromís), volvió a la carga y reprochó, también a Ciudadanos, que habían «mentido» en su análisis de la situación de la ciudad de Alicante. La escena se la perdió Echávarri, que por entonces ya estaba lejos del lugar.