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José Luis Cifuentes

PERFIL: El concejal que nunca fue político

Poco después de las elecciones municipales de mayo del año pasado, José Luis Cifuentes, recién elegido concejal junto a otros cinco miembros de Ciudadanos, confesaba a este diario que no sabía a quién votaría en la constitución del Ayuntamiento porque le daba «pudor» votarse a sí mismo. Alguien debió explicarle que en estas cosas no vale la falsa modestia sino la estrategia, pese a lo cual, o quizá por eso, acabó el 13 de junio de 2015 votando con su grupo a favor de la candidatura de Echávarri. Lo hizo «a cambio de nada» según aseguró en su momento, descolocando al personal y dando lugar a la constante sensación de que el PSOE siempre lo tuvo en la recámara. Al fin y al cabo, durante años Cifuentes fue militante socialista y, en el último año y medio, la postura del grupo municipal de Ciudadanos en algunos temas ha coincidido con la defendida por el alcalde Echávarri, aunque Cifuentes siempre ha negado que hubiera pacto alguno con el PSOE.

Desde su aceptación como candidato de Ciudadanos a la Alcaldía, poniendo cara a ese mirlo blanco que buscaba la formación de Rivera entre profesores, o mejor entre catedráticos universitarios de Alicante como principal requisito para colocarlo en los carteles, Cifuentes nunca ha sido un político al uso. Para muchos, ni siquiera ha sido político, lo que ahora es de agradecer al dejar el acta de concejal y marcharse frente a la resistencia de muchos políticos profesionales a abandonar el sillón. Él ha preferido irse con elegancia tras los enfrentamientos con sus compañeros de partido y dejar el acta lo que, en un país donde el transfuguismo sigue siendo moneda común, le honra.

Amable, educado, socarrón e inteligente, pero ingenuo, representante de un partido nuevo sin base ideológica sólida, y poco curtido en las batallas partidistas, el paso de Cifuentes por la política municipal, tras sus 479 días como concejal, no dejará huella. Tal como señaló ayer el portavoz municipal, Natxo Bellido, «nunca se ha acabado de aclimatar a lo que es ser concejal en el Ayuntamiento».

De perfil bajo, siempre pareció que no quería incomodar a nadie ni siquiera en su trabajo como portavoz de un partido que está en la oposición. Accesible y cercano, jamás eludió los requerimientos de los periodistas para opinar sobre cualquier tema, en algunas ocasiones de forma quizá precipitada y unilateral, lo que le granjeó algunas críticas entre sus compañeros, dado que además, por momentos, parecía llevarse mejor con los concejales de otros partidos que con los propios. En cualquier caso, protagonizó una oposición tibia y sólo se le vio realmente enfadado en público cuando su compañero de filas Fernando Sepulcre, él sí, dejó Ciudadanos pero se quedó el acta y se pasó al grupo mixto.

Tras ser elegido concejal, con magníficos resultados por cierto para Ciudadanos con 28.000 votos y seis concejales en Alicante, ha dado la sensación de que Cifuentes nunca ha tenido muy claro qué hacía él en el Ayuntamiento, tal como indicaba ayer Bellido. Desde el principio, Cifuentes dejó claro que no quería liberarse ni dedicarse a la política y, aunque mantuvo la portavocía de su grupo, optó por no cobrar más que por asistencia a plenos, lo que al final le ha dejado en evidencia al primar su trabajo académico frente al político. En cualquier caso, él nunca ha ocultado que lo que de verdad le gusta es la universidad.

Nacido en Albacete en 1961, José Luis Cifuentes es licenciado y doctor en Filología Hispánica por la Universidad de Murcia y, desde 2001, catedrático de Lengua Española en la Universidad de Alicante (UA), así como profesor Honoris Causa por la Universidad de Bucarest desde 2005. Su paso por el Ayuntamiento apenas engrosará un currículum en el que se incluye la publicación de 13 libros y más de 85 trabajos de investigación, así como su participación en un centenar de congresos y jornadas sobre su actividad investigadora; el último, el VIII Congreso Internacional de Lingüística Hispánica de la Universidad de Leipzig en Alemania. Por este congreso, Cifuentes se ausentó del pleno de septiembre impidiendo que saliera adelante una moción para reprobar al concejal de Limpieza que él mismo había elevado al pleno evidenciando cuáles eran sus prioridades y provocando la apertura de un expediente disciplinario por parte de sus compañeros de filas y su dimisión de ayer.

José Luis Cifuentes dedicará a partir de ahora todo su tiempo a la actividad docente y a la investigación sin más interferencias, y podrá seguir luchando por dar a las Letras el espacio que merecen en la Universidad. Desde este ámbito, algunos de sus alumnos y compañeros le animaron ayer en las redes sociales. Su forma de marcharse le permitirá ir por la ciudad con la cabeza alta y hacer olvidar la falta de criterios claros y de compromiso en una función, la pública, en la que quizá nunca debió meterse.

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