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Análisis de población

Uno de cada diez alicantinos vive solo

La provincia tiene 192.000 hogares con una sola persona y en la próxima década se dispararán hasta los 232.000

Uno de cada diez alicantinos vive solo

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Uno de cada diez alicantinos vive solo J. Hernández

Más de 192.000 personas viven solas en la provincia de Alicante, una de cada diez, una realidad que va a más y que tiene que ver sobre todo con el envejecimiento de la población, puesto que casi la mitad de ellas tienen más de 65 años, personas a menudo viudas o cuyos hijos han tenido que emigrar de ciudad e incluso de país a causa de la crisis, que se valen de por sí mismas y que quieren matener su autonomía. Los cambios en la forma de vida derivados de la situación económica, con una edad mucho más tardía para formar una familia y una sociedad más hedonista, del culto al yo, según aprecian los sociólogos, explicarían la soledad elegida en la mediana edad, mientras que el número de jóvenes que viven en hogares unipersonales, que debería estar a una escala más elevada, ni se acerca al nivel de países próximos por la precariedad laboral. Apenas 22.200 jóvenes alicantinos entre 18 y 34 años están emancipados.

El hecho de que la soledad se esté disparando en las franjas de más edad supone un importante reto a resolver para la sociedad española y europea. Así lo aprecian los expertos, que alertan de que el envejecimiento acelerado en los estados de bienestar dará lugar a una «cuarta edad», personas de edad avanzada que se van haciendo dependientes abocadas a la soledad sin elegirla. Es el quid de la cuestión, según Raúl Ruiz, sociólogo de la Universidad de Alicante. «La soledad por elección es fantástica. Hay solteros; viudos cuyos hijos han volado y quieren mantener su independencia; y hogares solitarios, de personas mayores que quieren mantener su autonomía física y residencial, viviendo en su casa, con algún apoyo. Eso es positivo porque la supervivencia se democratiza pero hay que conseguir que los mayores mantengan esa autonomía». Porque en una sociedad que envejece a pasos agigantados, habrá ca-da vez más mayores de 85 años con necesidades y solos pese a ya no quererlo. «Ahí vamos a tener un problema», auguró.

En cuanto a las personas jóvenes que quieren vivir solas, dijo que «estamos en una sociedad individualista. Antes la soltería estaba denostada, sobre todo en el caso de las mujeres. Tenía una carga negativa en una sociedad tradicional cuyo objetivo era tener hijos. Esa carga ya no existe y del solterón hemos pasado al single».

Los hogares unipersonales no dejan de crecer. Ya son los cuartos más numerosos, por detrás de los ocupados por dos, tres y cuatro personas, pero en 2029 subirán al segundo escalafón, según la proyección que realiza el Instituto Nacional de Estadística, que prevé para ese año 231.523 personas viviendo solas en la provincia, sólo por detrás de los hogares de dos personas, 236.000.

Según esta proyección, el número de viviendas con un solo ocupante crecerá en la provincia a un ritmo de entre 2.500 y 3.000 más cada año, lo que supondrá un vuelco en aspectos como la edificabilidad o los hábitos de compra para atender una realidad inédita: en poco más de una década trece de cada cien alicantinos vivirán solos. «El diseño de las ciudades ya está cambiando, y la tipología de las viviendas son un reflejo de la sociedad. Estamos asistiendo a un abandono de los grupos familiares del baby boom, de la época en que había trabajo, cuando la gente se casaba joven, entonces se compraban viviendas grandes, con dos o tres habitaciones. No se contemplaba otro tipo de construcción. Hoy en día, en cambio, y se notará cuando se supere la crisis, aumentará el parque de viviendas con una sola habitación, e incluso hay gente con viviendas grandes que las empieza a dividir en pisos pequeños», explica el sociólogo Albert Poveda.

Opina este experto que este cambio demográfico, con cada vez más personas solas y sin descendencia, conllevará una recuperación de los barrios históricos, con la rehabilitación de viviendas adaptadas a las necesidades de este segmento poblacional, bien situadas y comunicadas. Y habrá cambios hasta en la forma de hacer la compra, que ya se perciben, relató, puesto que cada vez más cestas se llenan a golpe de click, sobre todo jóvenes que viven solos y han crecido con las nuevas tecnologías, que adquieren los productos por internet y los recogen después en el super.

Personas que mueren solas

El hecho de que cada vez más alicantinos vivan solos en casa tiene otra vertiente sórdida y preocupante: están creciendo las muertes de mayores en soledad. Personas fallecidas a las que descubren los vecinos por el mal olor como el caso, del pasado mes de abril, de un hombre de 80 años que llevaba muerto varios días en su casa del barrio Virgen del Remedio, en Alicante, o rescates de ancianos tras días en el suelo sin comer ni beber como un británico al que atendió hace unos días la Guardia Civil en El Campello. Hace dos años, un hombre de 82 años murió a golpes en su casa de San Blas y lo hallaron días después.

«Hay un porcentaje que va a más de personas mayores que se mueren solas. Vemos que se ha elevado el número de pacientes que ingresan con problemas sociales, que viven solos y sin ningún tipo de ayuda, y con los que no sabemos qué hacer cuando les damos el alta», explica Eusebi Chiner, jefe de Neumología del Hospital de Sant Joan. Como ejemplo, cada año en este centro hospitalario de Sant Joan reciben a numerosos pacientes respiratorios de edad avanzada. «Si al año tenemos 1.200 ó 1.300 ingresos, alrededor de medio centenar sufren problemas de desarraigo, de vivir solos o no tener ningún tipo de familiar. Es un 5% pero hace unos años era un perfil mucho menor. Y no sólo extranjeros, también personas de Alicante». Según el Instituto Nacional de Estadística, la gran mayoría de personas que viven solas en la provincia son nacionales, 152.800 personas, casi cuatro veces más que extranjeros, ahora 39.500.

El facultativo del Hospital de Sant Joan señala que estas personas son candidatas a morir solas en casa. Son pacientes que reingresan continuamente porque incumplen los tratamientos y se les pasa la cita. Un total de 1.402 alicantinos solteros fallecieron en 2014, según el Instituto Nacional de Estadística. «Se debe al envejecimiento de la población y porque han cambiado las circunstancias familiares». Afecta, sobre todo, a mujeres de más de 80 años. La realidad es que la mayor esperanza de vida de las mujeres se traduce en que ellas envejecen más solas: la cifra crece exponencialmente en el segmento femenino de la población según se hacen mayores, sobre todo a partir de los 45 años. Hasta esa edad la soledad es masculina pero desde esa franja la tendencia se invierte. Actualmente 108.000 alicantinas viven solas por 84.200 alicantinos. Pero si se habla sólo de los mayores de 65 años, la cifra es de 61.500 mujeres frente a 29.300 hombres. En todo caso, el que haya cada vez más mayores solos supone otras necesidades que aumentarán con el tiempo y que afectarán a la sanidad, al necesitarse más médicos y cuidadores.

Ayuda a domicilio

La gran cantidad de personas mayores que viven solas obliga a los ayuntamientos a dedicar gran numerosos recursos a su atención. En el caso de la ciudad de Alicante, el área de Acción Social destina un presupuesto de 2,3 millones de euros a ayuda domiciliaria. Este año, hasta 31 de agosto, han atendido a 909 mayores y dependientes, la mayoría viviendo en soledad, según informa la edil Julia Angulo. El ayuntamiento alicantino también ofrece teleasistencia domiciliaria, estancias diurnas, y el programa «Menjar a casa», para proporcionar alimentación de calidad a personas que viven solas.

También Cruz Roja atiende a personas mayores con necesidades, más de 22.000 en la provincia, en el marco de sus distintos programas. Casi 20.000 usuarios se benefician de la teleasistencia domiciliaria; unos dos mil participan del programa de ayuda a domicilio; 569 en acciones del programa de atención a personas en proceso de envejecimiento; y 137 en el programa de localización de personas con deterioro cognitivo.

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