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El Gobierno destina 9,5 millones para reducir las fugas de agua en el Tajo-Segura

El objetivo del contrato será mejorar la gestión de una infraestructura que tiene ya 35 años de antigüedad

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El Gobierno destina 9,5 millones para reducir las fugas en el Tajo-Segura

La Confederación Hidrográfica del Tajo ha licitado por 9,5 millones de euros el contrato para reparar y mantener durante dos años las conducciones del trasvase Tajo-Segura, infraestructura de la que depende el abastecimiento de dos millones de personas en Alicante y Murcia y el regadío de 200.000 hectáreas. El objetivo es mejorar la gestión de una canalización que tiene una antigüedad de 35 años y en la que son frecuentes la fugas, lo que unido al descenso de las aportaciones de agua por la sequía, la hace poco eficiente, según han venido denunciado los regantes. El mal estado de la canalización provoca que se pierdan unos 30 hm3 al año, caudal equivalente a un mes de abastecimiento y riego.

En la provincia de Alicante, los problemas se localizan principalmente en el sifón de Orihuela, donde las conducciones son de acero y la juntas de goma, por lo que suelen estropearse con frecuencia. La última gran reparación se produjo en 2008. El trasvase se diseñó calculándose un nivel de pérdidas del 10%, que se ha ido mejorando hasta dejarlo en torno al 5%, pero al ser una infraestructura antigua las averías son frecuentes, de ahí la licitación de este importante contrato.

Los agricultores no reciben gratis el agua del Tajo. Desde que se inauguró, han pagado ya más de 500 millones de euros en compensaciones ambientales para que se inviertan en Castilla-La Mancha y Madrid, comunidades autónomas que en el nuevo escenario tienen reservados 160 hm3 de agua para abastecimiento urbano desde el mismo «grifo» que Alicante y Murcia (Entrepeñas y Buendía). «Un error grave porque se ha sustraído agua de la provincia y, además, al final no se ha producido ese crecimiento urbanístico en aquellas zonas como el corredor del río Henares», recuerda Antonio Rico, director del Instituto Interuniversitario de Geografía de la Universidad de Alicante. «El trasvase, con la tarifa actual del agua, es perfectamente sostenible, y la recuperación de los costes es total. Y todo lo pagan los agricultores de Alicante y Murcia», asevera Rico.

El problema que tiene la cuenca del Segura (Alicante y Murcia) es que el sector agrícola necesita unos 300 hm3 al año y la desaladora de Torrevieja sólo produce unos 30 hm3 debido a que hasta ahora funciona al 40% de su capacidad y en horas nocturnas, donde la electricidad es más barata, porque de no ser así el precio del agua para el campo sería aún más prohibitivo. El pasado viernes el Gobierno dio vía libre a la ampliación de la capacidad de producción hasta los 80 hm3, pero para ello la planta debe funcionar a pleno rendimiento, algo que tardará todavía una semanas debido a la necesidad de finalizar algunas acometidas eléctricas. Los agricultores pagarán el caudal a 0,40 euros el metro cúbico, cuatro veces más que la del Tajo.

El valor de las zonas regables por el trasvase en la provincia alcanza los 330 millones de euros, lo que representa el 62,18% de los ingresos que obtienen los agricultores del regadío provincial. En juego están miles de empleos y una aportación al PIB de 2.364 millones de euros al año. La superficie cultivada se mantuvo 2015 al descender únicamente un -0,2%. Ahora se contabilizan alrededor de 133.000 ha cultivadas, según Asaja. El año pasado, con la sequía azotando ya de lleno al campo alicantino, las principales mermas se registraron en la superficie cultivada de naranjo (de 820 a 800 toneladas), calabaza (de 234 a 60 ha), zanahoria (de 160 a 120 ha), nabo (de 40 a 30 ha) y manzana. Aumentó la producción de puerro (de 90 a 110 ha) limón, granado, alcachofa y almendra.

El contrato para reparar las conducciones del Tajo-Segura se licita al margen de las actuaciones contempladas en el decreto de sequía, cuya vigencia se ha prorrogado hasta octubre de 2017 y que incluye, entre otras medidas, el aumento de la capacidad de producción de agua desalinizada, no sólo en Torrevieja, sino en el complejo de Agua Amarga, desde donde se llevará caudal a Elche, Aspe, Crevillent y los Hondones (municipios atendidos por el Taibilla) que recibirán en torno a los 14 hm3 al año gracias a una inversión de casi ocho millones de euros.

Nueva conducción

Las obras consisten en una conducción de 5.5 kilómetros de longitud y un diámetro de 600 milímetros, que parte desde el depósito regulador de Elche, y que mediante una elevación llevará el agua hasta una capacidad máxima de 400 l/segundo hasta el paraje de la Solaneta, junto al embalse de Crevillent, donde se instalará un nuevo depósito de 3.600 m3 de capacidad. Desde este punto se alimentará a las tomas de agua potable de Aspe, Hondón de las Nieves, Hondón de los Frailes y parte de las de Crevillent y Elche, así como al embalse de Crevillent. Se incluye una interconexión entre las dos desalinizadoras de Alicante para aprovechar al máximo la capacidad disponible de cada una de ellas.

De esta forma se posibilitará el transporte de hasta 10 hm³/año de agua producida en las desalinizadoras de Agua Amarga hasta Crevillent para el suministro de los municipios. La instalación garantizará el suministro a una población de unos 25.000 habitantes con un consumo actual de 1,5 hm³/año y, mediante una prolongación futura, podrá suministrar al resto del municipio de Crevillent, sumando un total de 3 hm³/año y 50.000 habitantes.

Desde 2006, los Canales del Taibilla han invertido parte de sus recursos en obras de conexión que permitan la ampliación de las zonas servidas con agua desalada, lo que va posibilitando a cada vez más poblaciones reducir la dependencia del río y los pozos. Así todo, el Tajo-Segura sigue siendo insustituible. Antonio Rico considera que hubiera sido mucho más viable conectar las desaladoras de Agua Amarga directamente con la red de agua potable, como sucede en el caso de Alicante.

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