Priman la imagen que pueda trascender del centro antes que la resolución efectiva de los casos de acoso escolar entre alumnos. Es la práctica generalizada en colegios e institutos, salvo honrosas excepciones,tal y como lo perciben los representantes de los padres de alumnos de la provincia, que coinciden en culpar a los equipos directivos de minimizar situaciones que, con el tiempo, se enquistan y acaban perjudicando, especialmente, a la víctima.

El resultado de las recientes investigaciones que la experta psicóloga María José Díaz-Aguado expone esta tarde en el colegio La Aneja, invitada al acto de apertura oficial del curso en Alicante, lleva a los representantes de los padres a reflexionar sobre el modo de proceder de los centros escolares frente a los casos de acoso.

Tanto Ramón López, desde la Fapa Gabriel Miró, como Raúl Alós, por la Fapa Enric Valor, coinciden en lamentar la actitud oscurantista y de reserva que practican los equipos directivos con tal de preservar la imagen del centro. ¨Los inspectores no tienen capacidad de acción ante las respuestas que obtienen cuando les aseguran que se está trabajando", advierte López.

Alós añade que la federación organiza actos de formación para las familias también, pero que, en cualquier caso, no se ha logrado resolver que quien deba abandonar el centro en última instancia sea habitualmente la víctima.

Las claves que advierte la Fapa Valor como señales de alarma que deben poner sobre aviso a los apdres apuntan siempre a una actitud frente al colegio que no es la habitual. "Cuando el niño da señales de retraimiento, no quiere ir al colegio, o estar cerca de algunos compañeros, o incluso si respinga cuando suena el móvil, debe ponernos sobre aviso", señala. También llama la atención, a su vez, sobre la necesidad de no sobredimensionar el tema ni sacarlo de contexto.