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Esto es lo que hace falta para luchar contra el alzhéimer y el párkinson

Se podría avanzar en la lucha contra estas enfermedades, pero hay que ampliar la investigación con este factor indispensable

Ayudar a que los científicos conozcan cómo el alzhéimer o el párkinson afectan directamente al cerebro de una persona más allá de los modelos de investigación en animales. Esta es la finalidad de los denominados bancos de cerebros. En ellos se almacena el tejido cerebral de personas donantes fallecidas para que pueda ser utilizado por los investigadores. La importancia que para el progreso de la ciencia tienen estos bancos de muestras cerebrales se ha puesto de manifiesto estos días en Alicante, en el seno del IV Congreso en Investigación e Innovación en Enfermedades Neurodegenerativas. Una cita que concluyó ayer en la sede de Euipo.

En España existen 10 bancos de estas características, ubicados en hospitales o en centros de investigación. Gracias a ellos «los investigadores disponen de muestras de cerebros afectados por enfermedades neurodegenerativas», señala Alberto Rábano, director del Banco de Tejidos de la Fundación CIEN (Centro de Investigación de Enfermedades Neurológicas), ubicado en Madrid. Una de las grandes ventajas es que estas muestras están muy bien clasificadas, «ya que nosotros nos encargamos de realizar un diagnóstico total de la enfermedad que padecía el donante». Un diagnóstico que no sólo sirve para los científicos que utilizan después estas muestras. Las familias, añade Rábano, «también agradecen este informe completo, ya que en muchas ocasiones se trata de casos atípicos, que tienen una base genética, así que podemos sugerir a los familiares que se hagan estudios genéticos para detectar nuevos casos».

Pero no sólo de cerebros enfermos se nutren estos bancos, el tejido sano también sirve para que los investigadores puedan profundizar en las enfermedades , ya que este es esencial para definir los cambios patológicos en el tejido enfermo. «Lo malo es que no hay tantas personas sanas que decidan donar su cerebro a la ciencia». Alberto Rábano explica que para ser donante de tejido cerebral basta con informarse y firmar un consentimiento.

En otras ocasiones, las donaciones se hacen por parte de la familia, una vez el enfermo fallece. «Aunque en vida la persona no se hiciera donante, este procedimiento es perfectamente legal, como ocurre con la donación de otros órganos».

Una vez que los cerebros llegan al banco, «la mitad se congela y la otra mitad se conserva en en una serie de compuestos para proceder a realizar un diagnóstico completo de la enfermedad». Los investigadores, apunta el responsable de la Fundación CIEN, «siempre utilizan para sus estudios la parte del cerebro congelada».

Situación en la Comunidad

De momento la Comunidad Valenciana no cuenta con un banco de estas características, por lo que los donantes, cuando fallecen, son trasladados a Murcia, donde se encuentra el más cercano, para la extracción del tejido por parte del personal de anatomía patológica.

Precisamente el pasado mes de junio, el presidente de la Federación Valenciana de Asociaciones de Familiares de Personas con Alzhéimer (Fevafa), Emili Marmaneu, reivindicó la creación de «un banco de tejidos y cerebros» dentro del Plan Valenciano de Alzhéimer para ahondar en la investigación contra esta enfermedad.

El banco de tejidos de la fundación CIEN comenzó a funcionar en el año 1996. Actualmente almacena las muestras cerebrales de unos 500 donantes, «así como miles de muestras de sangre para distintas líneas de investigación». Cada año una media de 100 personas en España deciden donar su cerebro a la investigación. Por tipo de patología, el 48% de las donaciones son de alzhéimer, el 8,5% de Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), aproximadamente el 6% de demencia frontotemporal, y un 8% de párkinson o demencia con cuerpos de Lewy.

Esperanza

Por otro lado, el investigador del Servicio de Neurología del hospital La Fe de Valencia Miquel Baquero afirmó ayer que existe una posibilidad «real» de encontrar una sustancia que elimine el amiloide, proteína relacionada con la aparición del Alzheimer, y se pueda reducir el avance de esta enfermedad. Los nuevos ensayos están demostrando que un posible tratamiento con anticuerpos monoclonales reduce el avance de la enfermedad en personas que registran los primeros síntomas, ha explicado. En España, cerca de 1.128.000 personas sufren esta enfermedad cuyo origen se relaciona cada vez más con la acumulación de la proteína amiloide en algunas partes del cerebro.

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