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Sáez Valero: «Aún nos queda saber cómo se desencadena en primer lugar el alzhéimer»

Hace un mes se publicó el primer estudio de una vacuna contra el alzhéimer con efectos positivos

Javier Sáez es investigador en el Instituto de Neurociencias. PILAR CORTÉS

¿Hacia dónde se encaminan las principales líneas de investigación en alzhéimer?

Nos queda saber cómo se desencadena en primer lugar la patología, puesto que la gran dificultad para tratarla es que hay dos proteínas que en principio están muy poco relacionadas y luego convergen. Es necesario conocer los primeros cambios que ocurren y la relación entre ambas proteínas. También hay que buscar nuevos marcadores diagnósticos para buscar posibles tratamientos en las etapas presiontomáticas. Se trata de encontrar proteínas en el líquido cefalorraquídeo para hallar cambios de la forma más temprana posible. En cuanto a las vías de tratamiento, van desde el desarrollo de vacunas para enlentecer la enfermedad y terapias paliativas para mejorar el estado de los pacientes, mientras no haya una cura, enlenteciendo el proceso todo lo posible.

¿Aún no se puede hablar de curación?

Curar el alzhéimer de momento es una quimera, pero esa quimera está más cercana que hace cinco años, porque en la última década ninguno de los ensayos que se estaba haciendo con vacunas en animales había dado resultados positivos en humanos. A los ratones de laboratorio los curábamos, pero en humanos había un salto frustrante. Pero en el último mes ha aparecido una publicación sobre un anticuerpo monoclonal, que no lo fabrica nuestro cuerpo sino en laboratorio, que va contra el betamiloide y no sólo se ve que la cantidad de amiloide disminuye, sino que se ha comprobado con un pequeño grupo de pacientes que hay una mejora cognitiva, que es lo que se busca.

¿Estamos por tanto en un momento dulce para la investigación?

Estamos en el momento más ilusionante de la última década, pero aún estamos lejos, en el término de años, de desarrollar una cura. Y es que estos ensayos deben pasar muchos filtros para que se desarrollen de manera adecuada, porque ensayos anteriores tuvieron efectos secundarios, por lo que se tuvieron que detener. En el mejor de los casos, estamos a cinco años vista para aplicarlo a un número adecuado de pacientes. Además, esta terapia nos dice que vamos en la vía adecuada. Luego tendremos que enseñar a nuestro organismo a fabricar estos anticuerpos, porque sería inabordable hacer anticuerpos en el laboratorio para todos los enfermos de alzhéimer. Hay tantos que no se podría llevar a cabo.

¿De momento qué deben esperar las personas que ya están enfermas?

De momento tienen que confiar en que los tratamientos paliativos puedan enlentecer el progreso de la enfermedad de la mejor manera posible. También hay que luchar con herramientas no farmacológicas para que las personas enfermas mantengan una vida física e intelectual activa, porque se ha visto que las personas que se encierran en sí mismas desarrollan la patología con mayor virulencia.

¿Qué países llevan la delantera en cuanto a investigación se refiere?

Indudablemente, Estados Unidos dedica muchos esfuerzo a la investigación. También Australia y a nivel europeo hay países como Suecia en los que existe una gran concienciación. Se saca líquido cefalorraquídeo de una manera sistemática para analizar marcadores. También se hace mucha investigación en Alemania, Holanda y con nuestras limitaciones España está intentando que desde la investigación básica se muevan más investigadores.

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