Ni imponer ni obligar, sino primar. Tal es la intención expresa de la Conselleria de Educación, que avanzó ayer el nuevo decreto de enseñanza plurilingüe con el que aspira a superar la actual dicotomía entre las líneas en castellano -en las que estudian siete de cada 10 alumnos- y en valenciano. La propuesta propone un único Programa Plurilingüe Dinámico (PPD) dividido en tres niveles según la mayor o menor presencia del valenciano y el inglés. Aunque no obliga a estudiar más asignaturas en valenciano, sí que prima aquellos centros que decidan impartir la mayoría de sus asignaturas en la lengua propia y al menos un 30% de materias en inglés, pues son los únicos donde su alumnado al acabar Bachillerato obtendrá de manera automática el certificado del B1 de inglés y el Mitjà de valencià, que equivale al C1.

El nuevo modelo, que Educación prevé que el Consell apruebe antes de fin de año, comenzará a aplicarse el próximo curso 2017-18 en Infantil y acabará de implantarse en el 2023-24 en Bachillerato. La decisión de cada centro de optar a un nivel u otro deberá tomarse por mayoría de dos tercios del consejo escolar en los centros públicos. En los concertados lo decidirá el titular.

El objetivo, según el conseller Vicent Marzà, es que «todos los alumnos dominen el valenciano, castellano y el inglés» al acabar sus estudios. Para ello, la propuesta de Educación pasa por potenciar el bilingüismo, primando a la lengua minorizada, como puente hacia el conocimiento del inglés. Así pues, Educación apuesta por la inmersión lingüística y la enseñanza en valenciano como el modelo óptimo para dominar las dos lenguas oficiales y aprender inglés, pero renuncia a imponerlo. «No sería efectivo ni real obligar a la gente, pues sabemos de la situación que partimos», admite Marzà, cabeza de lista de Compromís por Castellón en las autonómicas de 2015.

«Queremos contribuir a convencer, que no es lo mismo que vencer», añade el secretario autonómico de Educación, el socialista Miguel Soler.

«No se obliga a cambiar»

Marzà asegura que el PPD, con sus tres niveles, «se adapta al entorno de cada centro educativo y no impone a nadie hacer algo que no estaba haciendo; obligar a cambiar no obligamos». El conseller sostiene que este programa, basado en los informes de las Unidades de Educación Multilingüe (UEM) de las universidades públicas valencianas, «es el más pedagógico posible, y en él no hay ocurrencias ni apriorismos de una apuesta política determinada». «Se trata de buscar el equilibrio y el más amplio consenso posible», apunta Soler.

Las actuales líneas en castellano del Decreto de Plurilingüismo del PP que se va a derogar, según Marzà se corresponden al nivel Básico 1 (imparten todo en castellano menos el valenciano), Básico 2 (si dan en valenciano esta área y Sociales o Naturales) o Intermedio 1 (si dan Sociales y Naturales en valenciano).

Las líneas en valenciano pasarán a ser nivel Avanzado 1. En ellas se imparten todas las asignaturas en la lengua propia y en castellano dicha área desde primero de Primaria además de una materia no lingüística, el mínimo exigido por la Ley Orgánica de Mejora de la Calidad Educativa (Lomce). En este nivel se debe impartir, a partir de 5º de Primaria, el área de inglés y al menos dos asignaturas no lingüísticas en este idioma, lo que supone un 30 %. En todos los niveles hay que dedicar una hora semanal a la comunicación oral en las tres lenguas.

No acaba con la exención

El PPD no acaba con la exención al valenciano en las zonas castellanohablantes del sur de Alicante, el interior de Valencia y de Castelló. «La exención lingüística está regulada en la Llei d´Ús i Ensenyament del Valencià y el nuevo decreto no contempla cambiarla», reconoce Soler. Aunque nada impide a los centros de estas zonas pasar del nivel Básico al Intermedio, que en ESO implica dar valenciano y tres asignaturas (una troncal) en esta lengua, eso es inviable sin la aceptación generalizada de las familias.