El retraso en la tramitación y las dudas de las empresas aspirantes por los altos costes de explotación han llevado a que el Ministerio de Fomento no pueda cumplir con uno de los objetivos que se marcó la pasada legislatura, que un operador privado compitiera con Renfe en el corredor ferroviario con Madrid, donde según Fomento hay un 60% de capacidad de operativa que no se aprovecha pese a contar con una de las infraestructuras más modernas y seguras de Europa.

La consecuencia de esta situación es que hasta 2019 se aplaza el aumento de frecuencias y la mejora de precios de la conexión. Es decir, hasta la fecha tope fijada en la Unión Europea a partir de la que entrarán operadores extranjeros.

Por el momento, Renfe mantiene los once servicios diarios en cada sentido. Los trenes pueden circular con puntas de 300 km/hora en todo el corredor ferroviario, lo que ha permitido que algunos AVE cubran el recorrido en 2 horas y 5 minutos al circular sin paradas intermedias.

En total, Renfe oferta 22 servicios diarios entre Alicante y Madrid con puntas diarias de hasta 7.000 pasajeros que cubre duplicando la capacidad de los trenes porque en la compañía estatal no se han planteado ampliar frecuencias ni los fines de semana, ya que, además, siguen solos al haber fracasado la privatización parcial del corredor. En estos momentos, Renfe mueve de punto a punto dos millones de pasajeros al año entre Alicante y Madrid.

La intención del Ministerio de Fomento era la liberalización gradual y progresiva del ferrocarril en una primera fase de siete años con un sólo operador privado, que competiría con Renfe sólo en las líneas AVE y convencionales que componen el Corredor a Levante (Alicante-Madrid y Valencia-Madrid).

Entre las empresas privadas que se interesaron en entrar en el transporte de viajeros en tren y que ya cuentan con licencia de operador ferroviario figuraban las constructoras ACS, Acciona, Ferrovial y Comsa, las compañías de transporte en autobús Alsa e Interbús, y el grupo Globalia. Debían contar con licencia ferroviaria y certificado de seguridad, pero no estaban obligadas a tener dispuestos todos los medios materiales (trenes) y personales en el momento de concurrir al concurso, sino que bastaba con el compromiso de obtenerlos en caso de adjudicación.

Al final, la legislatura se agotó y no hubo ni tiempo ni poder de atracción para las empresas porque, además de los costes para alquilar trenes y contratar personal, las mercantiles se encontraron con el canon que cobra Adif por la utilización de la infraestructura. Y todo en un periodo de crisis y ajustes económicos.

La apertura el 18 de junio de 2013 de la exitosa línea de alta velocidad entre Alicante y Madrid ha ido posibilitando, además, nuevos enlaces en AVE y, por ejemplo, ahora mismo hay conexión directa con Albacete y Cuenca, y semidirecta con Zaragoza, Huesca y Valladolid.

Renfe programaba, por otro lado, hasta hace un año, puntualmente, trenes AVE con Sevilla y Córdoba, con extensiones a Málaga y Cádiz, aunque la línea no se ha consolidado todavía pese a su buen nivel de ocupación, sobre todo debido a la demanda de plazas de los alicantinos.