Los vecinos de la calle Miguel Soler no daban crédito ayer a lo que veían sus ojos. Las ratas invadían su calle, incluso se atrevían a enfilar la de San Nicolás. Parecían hambrientas, buscaban alimento a plena luz del día, a las 19.30h. Y no es la primera vez que las ven este fin de semana. Todo empezó el pasado viernes, cuando más de 40 roedores campaban a sus anchas por la Calle Miguel Soler. La misma noche que el Ayuntamiento puso en marcha el plan de choque para reforzar el servicio de limpieza y recogida de residuos del centro tradicional de Alicante, uno de los lugares más castigados por la suciedad, los roedores y las conductas incívicas de quiénes utilizan estas calles tradicionales como «baño público». Los jóvenes que frecuentaban la zona ese día se fueron avisando unos a otros, y se citaron para seguir el «lamentable espectáculo, de los roedores mientras hacían fotos y videos», como explicaron ayer los vecinos, hartos de escuchar que es un problema puntual.

Regina, vecina del casco antiguo desde hace 60 años, asegura estar viviendo una pesadilla. «Anoche no podíamos descansar, de la cantidad de gente que había ahí abajo mirando las ratas. Como retiraron los contenedores de día, cuando los volvieron a colocar a las 20.30, para que la gente no tirara la basura a deshoras, pues entonces empezaron a salir los animales, primeros unas pocas, pero luego, cómo no tenían comida, un montón». Los vecinos y comerciantes de la zona explicaron ayer que las medidas especiales de retirada de contenedores durante el día de la calle Miguel Soler, y el servicio especial de retirada de residuos«ha supuesto una mejora en la limpieza del barrio, pero el problema de las ratas no lo ha solucionado, al revés. Parece que ahora las han puesto a dieta, con un horario para comer, tienen alojamiento en el edificio abandonado y comida», dice Regina.

Adolfo, el cerrajero del número 16 de Miguel Soler, dice vivir con «miedo, no por mí, sino por mis hijos. Las ratas corren por la calle, a su aire, y está claro de dónde vienen, del edificio abandonado de aquí al lado. Iban a hacer un hotel, pero hace siete meses que las obras están paradas, por falta de algún permiso, y ése es el foco de infección. Ha mejorado la limpieza sí, pero las ratas continúan y cada vez hay más».

Ariel, propietario de un restaurante de la calle San Nicolás, también destaca la mejora de la limpieza,aunque asegura que la gente sigue tirando la basura por la mañana, aunque ahora multen. «Pero las ratas siguen aquí, incluso tenemos miedo de que muerdan a alguien. Anoche había Policía Local, y ellos también estaban impresionados con la cantidad de roedores existentes».

Asignatura pendiente

La concejala de Sanidad, Sonia Tirado, (Compromís), reconoció ayer que las ratas de Miguel Soler «generan molestias a los vecinos, pero existen ciertas circunstancias que retrasan la solución. El foco está localizado en una propiedad privada, y es el dueño quién tiene que desratizar, si no cumple el plazo podríamos pedir una orden judicial para que entraran los técnicos de Lokimica, pero hasta entonces no podemos hacer más ». En cualquier caso, la edil destacó que Sanidad empezó a actuar el pasado 18 de agosto, en los espacios públicos cercanos, «donde colocamos trampas y desratizamos». De momento, la única solución para los vecinos será llamar a Lokimica cuando las ratas «okupen» la vía pública. Éso o unirse al «Rata go» de los jóvenes.