Susana Vilaplana, funcionaria del Ayuntamiento de Alicante, cuenta que es «madre soltera por elección» y que a su cargo tiene a un niño de tres años con un problema de conducta y un posible trastorno del espectro autista que, según consta en los informes médicos, «precisa de la mayor supervisión posible de la madre» para la administración de la medicación. Una situación que, asegura, la fuerza a tener que llevarlo consigo al trabajo desempeña sus labores de ayudante en el cementerio municipal cuando le toca trabajar los fines de semana, como ocurrió la semana pasada.

Cuenta que hasta febrero se respetó el permiso de flexibilidad horaria que se le concedió para trabajar únicamente de lunes a viernes, pero a partir de ese momento se la obligó a trabajar uno de cada cinco fines de semana y festivos. Una situación que, relata, la aboca a tener que llevarse a su pequeño consigo: «Entre semana va a la guardería pero los fines de semana no puedo dejarlo con nadie porque mis padres están muy mayores», cuenta Susana Vilaplana, quien indica que el último fin de semana que tuvo que trabajar lo llevó consigo. «Vino con una cuidadora, pero yo tengo que darle la medicación», explica.

Susana Vilaplana es funcionaria y trabaja como ayudante en el cementerio municipal, atendiendo al público o abriendo y cerrando las dependencias, entre otras funciones. En octubre de 2013 pidió un permiso de flexibilidad horaria para trabajar de 8 a 15.15 horas que se le concedió por un mínimo de seis meses, de lunes a viernes. En septiembre de 2015 se le autorizó, también por un mínimo de seis meses y motivado por el cuidado de su hijo, que el horario fuera de 9 a 16.30 horas de lunes a viernes, salvo festivos. Sin embargo, Susana Vilaplana explica, y así lo recoge en un escrito presentado ante el Ayuntamiento, que en febrero desde el «Departamento Técnico del Cementerio se procedió a modificar mi horario de forma unilateral, de manera que se me obliga a prestar servicio un fin de semana y un festivo de cada cinco y en horario de 7.30 horas a 14.30 horas». Vilaplana considera que el cambio «no está justificado por falta de personal», pero no lo entienden así desde Recursos Humanos.

Aunque ha presentado escritos pidiendo que «de manera urgente se proceda a dar orden» para volver a su horario de lunes a viernes «respetando así mi derecho a la conciliación», la respuesta del área de Recursos Humanos ha sido negativa. Desde Personal le replican que «no se ha producido colisión alguna entre la flexibilidad horaria que se le dio para trabajar de lunes a viernes de 9 a 16.30 horas, que se viene manteniendo íntegramente, con la necesidad de prestación de servicio un fin de semana o festivo de cada cinco» y se considera que es competencia del Departamento Técnico de Cementerio «valorar, organizar y distribuir los turnos para prestación del servicio en fines de semana, de cara a la adecuada atención al ciudadano y teniendo en cuenta que el servicio de cementerio debe prestarse con carácter obligatorio». Ahora, Susana Vilaplana está pendiente de que desde el gobierno municipal resuelvan su último escrito, un recurso de alzada.

Desde febrero, Susana Vilaplana ha tenido que trabajar cinco fines de semana y un festivo. El último fue el pasado, sábado y domingo de 7.30 a 14.30 horas. Esta funcionaria indica que no tiene con quien dejar al niño y que la medicación debe dársela ella, por lo que optó por llevarlo consigo al trabajo acompañado de una chica que lo cuidara. En los informes médicos se aprecia un problema de conducta, hiperactividad y un posible transtorno del espectro autista. El servicio de Pediatría del Hospital General de Alicante asegura, en un informe, que «la madre está directamente implicada en el entrenamiento de las pautas de manejo y desde aquí se recomienda la mayor disponibilidad horaria posible para llevarlas a cabo».

Susana Vilaplana asegura que la edil del área, Gloria Vara, fue quien «dio la orden de que todos íbamos a trabajar los fines de semana porque, según dijo, nadie iba a tener privilegios. Pero esto no lo es. Es un derecho».