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Aquí sí hay playa 25 años después

La desaparición de los temporales de levante hace que la playa de San Juan apenas pierda arena

A la izquierda la playa de San Juan en 1990, antes de su regeneración. En el centro, la playa tras la actuación, cuando alcanzó los 90 metros de ancho. A la derecha, imagen actual

La playa de San Juan, uno de los principales patrimonios turísticos de la ciudad de Alicante y de la Costa Blanca, gracias a sus siete kilómetros de longitud, tiene su vida asegurada para, al menos, los próximos 75 años sin necesidad de un nuevo y costoso proceso de regeneración como el que vivió en 1991 -justo ahora se cumplen 25 años- cuando hubo que incorporarle 2,1 millones de metros cúbicos de arena del yacimiento subterráneo de Sierra Helada, en Benidorm. Una obra que se desarrolló en plena temporada alta pero que supuso, incluso, la creación de un nuevo tramo de playa de unos 900 metros de longitud desde el Cabo de las Huertas en dirección Muchavista.

La regeneración del arenal ha funcionado, según los técnicos, mejor de lo que se esperaba, como lo demuestra que la pérdida de arena sea prácticamente inapreciable, sobre todo en el primer tramo de la playa, que no existía a finales de los años 80 debido al proceso de erosión en el que entró la playa de San Juan durante el primer «boom» urbanístico. Es ese, precisamente el trozo de playa más sensible, el que va desde el Cabo a la urbanización Torres Blancas, pero también aguanta.

Al margen de que la obra -Dragados y Sato fueron las adjudicatarias por 10,2 millones de euros, 1.700 millones de las antiguas pesetas- se hizo bien, desde el Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante apuntan también a una razón climática para explicar el buen comportamiento del arenal. Desde finales de los años 80 no han vuelto a azotar la playa temporales de levante de la fuerza de los que barrieron el arenal en octubre de 1980, 1982, 1984, 1985, 1986, 1987 y 1989, según recuerda Jorge Olcina director del Laboratorio de Climatología de la Universidad de Alicante «La regeneración se mantiene mejor incluso de lo que se esperaba. Ha perdido arena la zona próxima al Cabo de las Huertas pero el resto de la playa se conserva bastante estable», subrayó ayer Olcina.

De junio a octubre de 1991, la Jefatura Provincial de Costas vertió un total de 2.176.000 metros cúbicos de arena procedentes de Sierra Helada, lo que hizo posible que la playa aumentara 900 metros su longitud dejándola en siete kilómetros. También creció la superficie de la playa con 510.000 m2 y una anchura de 90 metros. La playa, pese a su carácter regresivo, se mantiene estable desde entonces. A principios de este verano culminó, por otra parte, la mejora del paseo marítimo.

La actuación llevada a cabo entre junio y octubre de 1991 tuvo que realizarse para paliar el grave deterioro que había sufrido tras la construcción de las primeras torres de apartamentos en primera y segunda línea. Hecho que provocó la modificación de las corrientes de aire y aceleró el proceso de erosión de una playa que en unos años pasó de ser un gran sistema dunar a arenal en peligro de extinción. Los alicantinos más veteranos recuerdan todavía cómo en los años 70 la carretera que pasaba por la primera línea de playa se llenaba de arena e, incluso, dificultaba la circulación de los vehículos que se acercaban a un arenal entonces virgen.

La playa aguanta pero también es cierto que la regeneración alteró también los primeros metros de la zona de baño donde se creó un banco de arena que en los días de levante genera corrientes y hoyos en la parte ganada al mar.

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