En azul eléctrico y negro. Así es uno de los primeros burkinis que se han visto en las playas alicantinas, donde los bañadores islámicos prohibidos en algunas playas de la Riviera francesa y en la isla de Córcega empiezan a aparecer coincidiendo con el final de agosto. La mujer del burkini azul y negro llegó el domingo al atardecer con su familia a la playa de San Juan, a la zona del nuevo paseo marítimo de la avenida de Niza, ataviada con la prenda, hecha de material similar al neopreno o el poliéster, y se sentó en la arena junto a su familia, entre ellos dos niños y una niña, de corta edad. Allí estuvieron un buen rato discretamente, ella protegiéndose con un sombrero del sol pese a llevar la cabeza cubierta por el gorro de la prenda que fue diseñada en Australia en 2003, y que de momento se sirve bajo pedido en compras por internet a través de las web de grandes almacenes o empresas.
La mujer solo se levantó para dirigirse al agua, junto a toda su familia, mientras el resto de usuarios tomaba el sol, paseaba en bikini o en topless. Nada más salir del mar recogieron sus bártulos y se dirigieron a una caseta/aseo de la playa, donde se cambió el burkini mojado por ropas islámicas. Según explicó Miguel Ángel Morales, coordinador del servicio de salvamento en las playas alicantinas, su personal vio el domingo otras dos mujeres con burkini en Urbanova, y una en el Postiguet.
