La mayoría de los 257 colegios de la provincia de Alicante autorizados por la Conselleria de Educación para implantar el curso que viene la jornada continua escolar, siempre que los padres así lo ratifiquen con sus votos el próximo día 15 de septiembre, han optado por delegar la organización de las actividades extraescolares a las mismas empresas que hasta ahora gestionaban los comedores escolares.

Serán, por tanto, los monitores que las empresas de comedor contratan para vigilar este periodo escolar, quienes se encarguen de los alumnos que se queden a comer y permanezcan en el centro hasta las 17:00 horas, pero ya sin clases lectivas, sino realizando actividades extraescolaresactividades extraescolares.

La revisión por parte de Educación -a instancias de este diario- sobre el contenido de los proyectos presentados para cambiar el horario escolar, concluye que «la mayoría aborda las extraescolares con los monitores de la empresa de comedor, que se hará cargo tanto de los usuarios de comedor como de los que no lo son. Para aprobar el proyecto los centros han presentado una certificación de las entidades, empresa o ayuntamientos que se han comprometido a asumir las extraescolares».

Este mismo balance añade que en la mayoría de los proyectos, tanto presentados como autorizados por Educación, se especifica que «son las familias las que demandan este tipo de jornada para conciliar el horario familiar», como argumento base para emprender la solicitud de este cambio de horario escolar.

Se concluye por otra parte con que los colegios «cuentan con las empresas de comedor y con el conocimiento y apoyo de los ayuntamientos para organizar las actividades voluntarias y gratuitas». La normativa contempla que todos los centros están obligados a ofrecer estas actividades extraescolares, que no deben suponer coste alguno para las familias, y que serán los padres quienes decidan si sus hijos se quedan o no durante el periodo de la tarde para realizar estas actividades.

El contenido expreso de estas actividades extraescolares es lo que más preocupa a las federaciones provinciales de padres de alumnos, que quieren velar por la calidad del servicio. Las conclusiones de Educación tras revisar los proyectos señalan que «existen pocas diferencias al respecto entre unos centros y otros. Salvo algún colegio que ha hecho una planificación de las actividades muy exhaustiva y con gran implicación de la comunidad educativa».

La implicación o no de los ayuntamientos es uno de los argumentos que más preocupa a las federaciones de padres en general, por la falta de recursos de algunos municipios que, pese a respaldar teóricamente el cambio de jornada, no pueden apoyar en la práctica su realización.

Es el caso del de Alicante, intervenido por el Ministerio de Hacienda, donde los 40 centros autorizados para cambiar el horario escolar, entre el total de 51 colegios públicos que hay en el municipio, deberán arreglárselas sin contar con medios añadidos parte del Consistorio.

Continuidad

La federación de padres Gabriel Miró teme por la falta de continuidad de unos proyectos que, por este motivo -la falta de recursos-, basan sus actividades extraescolares en el voluntariado de las APA principalmente. «Muchos proyectos contemplan el ajedrez entre las extraescolares porque disponen de algún padre o conocido que se presta a impartir las clases, pero si esa persona no puede seguir por cualquier motivo el año siguiente, o se pone enfermo, ¿en qué situación quedarían los niños?».

El presidente de la esta federación teme que este tipo de extraescolares acaben convirtiendo los centros en «guarda niños» en el horario de tarde, y lo que pide es que la administración educativa se encargue de abonar, como hasta ahora, 1,30 euros diarios por monitor y alumno comensal, becado o no, para poder destinar esos fondos a una organización de calidad de las extraescolares.

También temen que se produzca una desigual calidad de las actividades que recibirán los alumnos en función de que el ayuntamiento de turno pueda contribuir con fondos. «Está claro que todos los proyectos han recibido el visto bueno de la inspección educativa, pero lo que queremos desde la Fapa Gabriel Miró es velar por la calidad de las actividades», subraya su presidente, Ramón López.