La imagen más tópica de la provincia como destino turístico de playa se está cumpliendo en toda regla durante este puente del 15 de agosto. El litoral alicantino se ha convertido en el lugar de vacaciones de miles de personas estos días y, en particular, tanto ellos como otras muchas personas residentes en las propias localidades costeras o en zonas del interior buscan la arena o su entorno más próximo para disfrutar de su tiempo libre. Las principales playas y paseos marítimos se encontraban ayer atestados de bañistas y viandantes, hasta el punto de llegar a costar abrirse paso por determinados puntos, pero ofreciendo al mismo tiempo una imagen veraniega muy animada.

En Alicante capital podía decirse en torno al mediodía que había dos mundos diferentes a uno y otro lado de la Rambla. Vías bastante transitadas cualquier otro domingo del año, como la avenida Maisonnave o la calle San Francisco, ofrecían un aspecto llamativo, con pocas personas paseando o tomando algo en las terrazas y prácticamente nadie en el interior de las tiendas abiertas. Sin embargo, el Portal de Elche hacía de punto de inflexión: sus bares estaban llenos, al igual que los restaurantes de la calle Mayor y la plaza de la Santísima Faz. También bastante gente se acercaba a los puestos del mercadillo de antigüedades de la plaza del Ayuntamiento, aunque la verdadera aglomeración estaba al otro lado, en la Explanada y, sobre todo, en la playa del Postiguet.

Con un cielo radiante y una temperatura bastante agradable -la máxima de ayer fue de 29,7 grados y prácticamente no hacía bochorno-, pasear, descansar en la arena o darse un chapuzón eran propuestas muy sugerentes, y también muy seguidas. Hacerse con un hueco resultaba bastante difícil, pero aún así la playa era el reclamo de la jornada con diferencia, hasta el punto de que por las calles del centro se podían ver grupos de personas con indumentaria al uso y pertrechados con la toalla, la sombrilla y demás elementos imprescindibles para disfrutar de un buen baño.

Una imagen muy similar podía verse en Benidorm. Maletas, coches, autobuses de viajeros... La capital turística de la Costa Blanca literalmente se ha llenado de turistas este puente. En el Paseo de la Carretera, en las playas de Levante y Poniente, en cada rincón del centro se podían ver visitantes deseos de disfrutar de estos días. Desde la tarde del viernes -cuando el Ayuntamiento puso en marcha un dispositivo especial de Policía para evitar mayores atascos- hasta ayer mismo por la tarde, se llegaban a formar «colas» para pasear por las vías más céntricas.

La situación se repitió durante todo el día en las playas de Benidorm, donde era imposible colocar más sombrillas. Sin embargo, y para alivio de todos, esto no tuvo una traslación en lo que se refiere al tráfico rodado. En los accesos al municipio no se registraron incidencias de consideración ni se llegaron a producir atascos. A lo largo del fin de semana, según informó el Ayuntamiento, tampoco se registraron altercados.

Gran afluencia en Torrevieja

En la costa de la Vega Baja el puente también ha traído consigo una llegada masiva de turistas, la mayoría del centro y norte de España. En Torrevieja los hoteles superan el 80% de ocupación, aunque aquí lo que más destaca es las cerca de 200.000 plazas residenciales de uso potencialmente turístico. La ciudad ha visto incrementada su población hasta por cuatro en los últimos días. En las playas es difícil encontrar sitio para poner la sombrilla, sobre todo en las más céntricas como las de Los Locos y El Cura.

El alcalde torrevejense, José Manuel Dolón, confirmaba ayer las estimaciones que señalan un aumento del número de visitantes este mes de agosto respecto a otros años «y lo hemos notado por el mayor incremento del uso de agua potable, que es como podemos medirlo, aunque aún no tenemos datos concretos del porcentaje en el que ha aumentado el número de turistas». Lo refrendaba también Javier Hernández, propietario de un restaurante con terraza junto al mar en La Mata. «Hay más gente que nunca. Estamos desbordados. Este verano he tenido que contratar a 14 camareros, más que en 2015. Estamos a tope y hoy (por ayer) he servido 300 desayunos y 200 comidas cuando el año pasado eran muchas menos. Esta quincena va súper bien y lo que se nota es que los turistas piden más menús y comidas y menos raciones. Gastan más, en definitiva», comentaba el hostelero mientras servía a una mesa con 17 personas. Sólo hacía falta dar un paseo por la playa del Cura, La Mata o por el paseo Juan Aparicio, para comprobar que era difícil encontrar una mesa vacía entre los muchos restaurantes y chiringuitos de la ciudad.