Apenas mide 30 centímetros, pero el pez araña está llevando de cabeza a más de un bañista este año. Y es que, en las playas del término municipal de Alicante han sido atendidas en lo que llevamos de verano 500 personas afectadas por la picadura de este animal, según datos facilitados por la empresa Proactiva, encargada de la vigilancia de las playas de Alicante. Son casi tantas asistencias como las prestadas por picaduras de medusas.
El pez araña, una especie muy común en el Mediterráneo, vive semienterrado en la arena, bien en el fondo marino o en la orilla, por lo que los bañistas lo pisan sin darse cuenta. Su aleta dorsal está recubierta de espinas venenosas que en contacto con la piel provocan dolor e inflamación, aunque pueden desencadenarse en contadas ocasiones otros síntomas más graves, como vómitos o fiebre. «Normalmente este pez no se deja pisar, pero si se despista puede llegar a no quitarse a tiempo, por lo que la mayoría de las picaduras se producen en el pie», señala el coordinador de Salvamento y Socorrismo de Proactiva en la provincia, Miguel Ángel Morales.
El tratamiento que se aplica para aliviar las molestias ocasionadas por la picadura del pez araña es el calor, ya que la toxina que se libera a través del veneno se inactiva a altas temperaturas, por encima de los 45 grados. «Normalmente es suficiente con meter la zona afectada debajo del chorro de agua caliente», explica Morales, aunque en ocasiones «les indicamos a los bañistas que anden un poco por la arena caliente».
Generalmente, el 40% de todas las atenciones por picaduras en las playas son ocasionadas por el pez araña, también conocido como escorpión o sabirón. Sin embargo, «este año van a la par con las de medusas, ya que la presencia de estas últimas ha descendido levemente».
Menos medusas
Y es que el de 2016 está siendo, al menos hasta ahora, un verano atípico en cuanto a las medusas en el litoral de Alicante, como lo fue también la anterior temporada de baño, por debajo del promedio que se registraba años atrás.
Según los expertos, en realidad medusas en el mar hay las mismas en cantidad que en anteriores temporadas de baño. Lo que sucede es que llegan bancos con menos frecuencia a la costa por causas meteorológicas. «No depende tanto de la temperatura del agua como del régimen de vientos, los temporales, y de las corrientes que se generan», señalaba hace unos días Gabriel Soler, director científico del Instituto de Ecología Litoral.
Aunque este verano los temporales en el mar alicantino están siendo frecuentes, a causa de que sopla más el viento de Levante, no están arrastrando a demasiadas medusas, «tiene que coincidir también que el banco esté en la zona para que el temporal lo atraiga hasta la costa».
