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Gabriel Echávarri mantendrá Ikea en Rabasa aunque le cueste la ruptura del tripartito

El alcalde está dispuesto a correr el riesgo de un enfrentamiento frontal con Guanyar

Miguel Ángel Pavón, Gabriel Echávarri y Natxo Bellido en una reunión con representantes de Ikea el año pasado JOSE NAVARRO

El alcalde de Alicante, el socialista Gabriel Echávarri, cede a la presión de Ikea, que sólo quiere instalarse en Rabasa, para evitar que su inversión de 250 millones pase de largo, ya que la multinacional ha comunicado que es Rabasa o nada.

El primer edil forzará su instalación en esa zona de la ciudad, condición imprescindible que pone la mercantil para mantener su interés por un proyecto que se remonta a 2002, aún a costa de que esto suponga la ruptura del pacto de gobierno en el Ayuntamiento con su socio Miguel Ángel Pavón, de Guanyar, a la vez concejal de Urbanismo, que aboga por otras ubicaciones. El empeño de Echávarri no es gratuito puesto que si Ikea desiste del proyecto se perdería una importante inyección económica bajo su mandato, lo que podría poner fin a su carrera política.

El instalar Ikea en Rabasa, sí o sí, porque los suecos no quieren otro sitio, podría herir de muerte el acuerdo que hace catorce meses firmaron el PSOE, Guanyar y Compromís para elevar un gobierno tripartito de izquierdas al Ayuntamiento de Alicante. El vicealcalde y concejal de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, que pertenece a la segunda formación, se ha mostrado siempre muy beligerante con Rabasa, ubicación estrechamente unida al proyecto de la tienda del mueble con macrocentro comercial de Alicante Avanza, sociedad participada por el empresario Enrique Ortiz.

También por el hecho de que el Consell anterior, del PP, declarara en 2014 el proyecto como Actuación Territorial Estratégica para su tramitación, lo que, según el tripartito, privaba de autonomía al Ayuntamiento en la toma de decisiones. Pavón defiende otras ubicaciones alternativas, como una serie de parcelas en el entorno de Mercalicante, Babel o el Polígono de las Atalayas, donde su implantación podría tener vía libre, según ha declarado reiteradamente, este mismo año.

Echávarri es consciente de la oposición de Pavón a Rabasa pero está dispuesto a todo para que la tienda del mueble se quede en los terrenos que quieren, sin el polémico macrocentro comercial, aunque sí podría ir acompañada de medianas superficies y franquicias, condición que también pone Ikea para quedarse.

El alcalde declaró recientemente que Ikea sólo necesita 80.000 metros cuadrados frente a los dos millones de metros cuadrados de la ATE. Indicó que descartando el millón de metros cuadrados de las Lagunas de Rabasa, quedaría espacio tanto en los terrenos de los que tanto se ha hablado, como justo a la otra parte de Rabasa, en una zona ya clasificada, subiendo a la Universidad a mano derecha, en la zona donde se instala la Feria de Navidad. Estos terrenos pertenecen a una sociedad de Yecla y a varios particulares.

Echávarri e Ikea esperan a que el Consell zanje el ATE para empezar

Echávarri está esperando a que el Consell zanje la tramitación del proyecto de Alicante Avanza como actuación Territorial Estratégica (ATE), y la ruptura definitiva de Ikea y Ortiz para impulsar definitivamente la implantación de la firma sueca, que también aguarda la resolución del ATE. La tramitación a través de esta figura fue declarada por la Generalitat en 2014, cuando aún gobernaba el PP. El tripartito de Alicante pidió su archivo el año pasado cuando llegó al gobierno local.

Por otra parte, Alicante Avanza renunció en junio al proyecto. Ikea pudo recuperar los 41 millones que había adelantado a Ortiz y a sus socios por el macrocentro. A continuación, la multinacional mostró su interés por mantenerse en Alicante pese a la ruptura con Ortiz.

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