El buen momento del turismo extranjero, la reactivación del mercado nacional, sobre todo los fines de semana, y el hecho de que julio sea un mes en el que todavía se mantiene al cien por cien la actividad de las empresas han posibilitado que los hoteles de Alicante vivan uno de los mejores veranos de su historia con llenos prácticamente diarios, algo que durante el resto del año sólo sucedía los fines de semana. Cristina Rodes, presidenta de la Asociación Provincial de Hoteles de Alicante (más de seis mil plazas en la ciudad) admite que ener un establecimiento al cien por cien un miércoles es algo que no sucedía, prácticamente, desde mediados de la década de 2000, antes de que llegara la crisis inmobiliaria. Se observa mucho movimiento de trabajo, y la apertura de nuevos destinos directos desde el aeropuerto con media Europa nos ha beneficiado mucho», subraya Rodes, quien prevé un agosto similar. «Las reservas van bien, pero en un destino como Alicante entran más lentas, no habrá negocio clásico laboral pero nadie puede dudar que estamos ante un gran verano», asevera.
Nuevos alicientes
Los hoteleros consideran, sin embargo, que la ciudad necesita algo más para ser atractiva durante todo el año y no sólo en verano y durante los fines de semana de la temporada baja. De ahí que de cara al otoño van a volver reactivar el planteamiento que hace unos meses trasladaron al Puerto y al Ayuntamiento centrado, básicamente, en el impulso que se debe dar a la Zona Volvo para que tenga vida todo el año y no sólo los dos meses del año en que se celebra la salida de la Vuelta al Mundo a Vela. Los empresarios urgen la organización de los horarios y el diseño de un modelo de explotación con cabida para todo tipo de perfiles.
En cuanto la posible integración de la Asociación Provincial en el nuevo «lobby» turístico que se está gestando en Valencia a nivel comunitario, Rodes reiteró ayer que «estamos en contacto con ellos y nos parece interesante pero todavía no hay nada decidido. Es algo que hemos dejado para 2017».
Por otro lado, el aeropuerto de Alicante-Elche vive la temporada alta con más movimiento de pasajeros de su historia, que posibilita que por la terminal pasen entre el pasado abril y hasta el 29 de octubre cerca de diez millones de pasajeros, según la programación de las compañías aéreas. La aerolíneas ofertan un total de 9,8 millones de plazas, lo que representa un crecimiento del 17,4% en relación al verano de 2015 y una media de 1,4 millones de viajeros al mes entre julio y septiembre. En cuanto a los vuelos programados, la torre y el resto del personal tiene previsto atender 57.000 movimientos, un 16,6% más.
De momento, Alicante, como el resto de la Costa Blanca, tampoco nota los posibles efectos negativos de la salida de Reino Unido de la UE, en la que el sector se juega cinco millones de turistas. Las consecuencias no se sentirán este verano porque ya está todo vendido y con crecimientos del 20% en las reservas del mercado británico, pero existe expectación de cara al verano de 2017, sobre todo en el sector inmobiliario/turístico.
