La instalación de Ikea en Rabasa, si es que al final se implanta en Alicante, no parece estar descartada por el alcalde, el socialista Gabriel Echávarri, pese a que uno de sus socios de gobierno, el vicealcalde y edil de Urbanismo, Miguel Ángel Pavón, lo daba por hecho con otras ubicaciones en cartera que plantear a la multinacional sueca como el entorno de Mercalicante o los polígonos de Babel y Las Atalayas. Al menos así se desprende de las declaraciones realizadas ayer por el primer edil en Radio Alicante, donde habló de unos terrenos en Rabasa para Ikea.

A la pregunta de si la empresa (a la que han solicitado por carta una reunión pendiente de fijar), contempla alguna ubicación que no sea Rabasa, respondió que «no lo sabemos. Si no la contemplan, vamos a ver qué parte de Rabasa. Porque en el momento en que sea cae la ATE (la Actuación Territorial Estratégica que promovía Alicante Avanza, empresa participada por Enrique Ortiz) hablamos de dos millones metros cuadrados, que era una barbaridad...Ikea necesita 80.000 metros. Vamos a ver en qué parte», reiteró. Echávarri dio a entender que descartando el millón de metros cuadrados de las Lagunas de Rabasa, que ya quedaban excluidos, aún puede quedar espacio. «Hay una parte de Rabasa que está clasificada, subiendo a la Universidad a la mano derecha. No sé si cabe o no cabe, si lo quieren o no lo quieren...», afirmó, aludiendo a una zona que coincidiría con el recinto ferial donde se instala además la Feria de Navidad.

En las mismas declaraciones, Echávarri admitió que le va a ofrecer libertad comercial a Ikea, al ser una de las condiciones que pone la multinacional. «No voy a poner en peligro la llegada de Ikea por obcecaciones ni fobias personales. Lo pondremos todo sobre la mesa e iremos hablando. No me siento en una mesa con noes, sino con síes, y vamos negociando. Tengo claro que quiero que vengan a Alicante y lucho por ello». Por este motivo, aseguró que no marcará límites en la negociación, «porque si te sientas con líneas rojas se van, es normal». «Lo que no quiero es el proyecto que hay hoy, con 40.000 metros cuadrados de Ikea y 80.000 de centro comercial comercial, con 400 tiendas pequeñas, eso no es soportable para la ciudad. Vamos a ver si esa mochila que lleva aparejada en cuánto se puede reducir, influenciar o modular». Por ello, esperan a esa reunión para preguntarles si persiste su voluntad de quedarse en Alicante «y qué es lo que quieren. Si es un sitio solo o les da lo mismo, y los metros cuadrados. Que nos digan lo que quieren y con eso podemos intentar llegar a un acuerdo», teniendo en cuenta que han manifestado su interés por Alicante. «Deberían estar aquí desde 2008, en el PAU 1, y ocho años después no tienen ni sitio. Una gota más y se desborda».

Asimismo, afirmó que todos los socios de gobierno coinciden en que «Ikea tiene que quedarse en Alicante y partir de ahí...». Sobre la reunión indicó que la multinacional está esperando a que el Consell acepte la renuncia del proyecto de Alicante Avanza.