La próxima edición de la Volvo Ocean Race, la regata que por cuarta vez partirá del puerto de Alicante, empieza a tomar forma. Ayer se reunía la junta de gobierno del consorcio «Alicante 2017. Vuelta al Mundo a Vela» y a su término el conseller de Hacienda y Modelo Económico, Vicent Soler, anunciaba un buen número de medidas que se van a llevar a cabo para «lograr que sea un éxito deportivo, social, cultural y económico». El aspecto económico, precisamente, es el que más preocupa a los responsables de las administraciones públicas presentes en el consorcio. Un primer dato positivo es que la Volvo Ocean Race de 2017 impulsará la creación de 1.800 empleos en la provincia, «y será el sector turístico y todas las actividades que de él dependen los grandes beneficiados por la celebración de la regata», tal como aseguraba Soler. El consell ha realizado esta estimación basándose en las anteriores ediciones, ya que en la salida de 2008 se crearon 1.589 empleos, 1.591 en 2011 y 1.652 en 2014.

Las líneas estratégicas que van a regir la actuación del consorcio, en palabras del conseller, son «minimizar los costes y maximizar los patrocinadores. Hay que trabajar para que al contribuyente le suponga el menor coste posible». Para ello han renegociado el contrato con la organización de la regata con el fin de lograr ahorros para las arcas públicas. En este sentido, el conseller y presidente del consorcio explicaba que Volvo Ocean Race no percibirá comisión alguna por los sponsors de la salida desde Alicante, salvo por aquellos que procedan directamente de sus gestiones. Hasta ahora, Volvo recibía un 35 por ciento de los beneficios por cada patrocinador, aunque éste llegase gracias a las gestiones del consorcio. Ahora se establece que la organización percibirá sólo el 30 por ciento de los patrocinios que ellos aporten.

Otro de los temas que Vicent Soler destacaba como un importante ahorro es que en la próxima edición de la Volvo Ocean Race la Generalitat utilizará el mismo barco que se usó en la anterior edición, lo que supone un ahorro de 5 millones de euros. También se han fijado unos costes de organización para el Race Village de 3,5 millones, frente a los 4,5 millones de ediciones anteriores. Todos estos ajustes «no perjudicarán» las actividades que se celebrarán en Alicante durante la semana previa a la salida, «todo lo contrario -enfatizaba el conseller- ya que queremos que el village esté más vivo que nunca. Que el evento sea poroso con los sectores económicos y sociales de la provincia. Hay que fijar a Alicante en el mapa de los eventos deportivos mundiales».

También hacía hincapié en que «estamos trabajando para que los efectos positivos de la celebración de la Volvo Ocean Race impregnen a toda la ciudad y a la provincia. El evento atrae a un elevado número de visitantes y, por tanto, proporciona un impulso vital al sector turístico y a todas las actividades que de él dependen. Estos impactos en el turismo, además, no se limitan al periodo de celebración del evento, sino que se extienden en el tiempo y afectan a otros sectores económicos».

Los sectores más beneficiados por la celebración de la regata serán el comercio minorista, el transporte terrestre, el entretenimiento, la cultura, el deporte, la telecomunicaciones y servicios de correos, las actividades y servicios profesionales, el comercio mayorista, la intermediación financiera, la construcción, el sector inmobiliario y, por supuesto, el comercio y la restauración.