Una veintena de personas sin techo habían hecho de esta nave abandonada en la Gran Vía su hogar, tal y como contaron varios de ellos a INFORMACIÓN en abril de 2015. Habían logrado organizar los espacios creando una especie de compartimentos en hilera donde dormían, cubiertos con telas para mayor intimidad,y para esconder de la vista las camas y colchones; tenían muebles recogidos de las calles con sus ropas; espejos; cuadros y fotografías en las paredes; zonas con letrinas y hasta un huerto. Pero sin embargo no habían sabido resolver algo elemental: qué hacer con las basuras y desperdicios. Los iban acumulando en una zona de la nave, y ayer ardieron. Ya antes ha habido otros incendios, según los vecinos de San Agustín.

En ese momento, había inquilinos rusos y de otros países del Este, árabes, holandeses y españoles en lo que ellos mismos definían como «una comuna cosmopolita» en la que «todos somos iguales y no hay jefes porque todos estamos igual de fastidiados». Convivían con perros para ahuyentar a extraños que pudieran entrar por el boquete que hay a la entrada de la nave para robarles la documentación, y una docena de gatos que cazaban las ratas que entraban por la noche. Además, tenían chimeneas y estufas para calentarse en invierno, donadas por conocidos o encontradas en la calle. La comida se la llevaban desde Cruz Roja y otras ongs, así como monjas y frailes. Algunos vecinos les acercaban comida y mantas en invierno, y ellos mismos iban a por agua a un parque próximo, y a ducharse también en las instalaciones de Cruz Roja.

Sobre la situación de estas personas tras el incendio, la edil de Acción Social, Julia Angulo, explicó ayer que su departamento está encima de personas que, como las afectadas, se encuentran en riesgo de exclusión social, y que no quieren aceptar los servicios municipales ni entrar en el protocolo del Centro de Atención a Transeúntes (CAI), es decir, el albergue, que, por cierto, está situado muy cerca de la nave incendiada.

Angulo añadió que estas personas son una prioridad para el Ayuntamiento sobre todo tras el informe que ahora hace un año hizo la jefa del servicio informando a Atención Urbana del mal estado de la nave que se quemó ayer aconsejando cerrarla para que fueran atendidos en el CAI. En el Ayuntamiento esperan que con este fuego y el susto que han tenido se animen a aceptar una plaza en el centro de transeúntes.