La normalidad ha regresado a las calles de Alicante con rapidez después de la noche de la Cremà. Tan sólo unas horas después de que ardieran las últimas hogueras, todas las vías del centro estaban ya abiertas al tráfico y únicamente quedaban por desmontar algunas barracas que no ocupan estrictamente calles, sino jardines o paseos peatonales. No obstante, en algunos puntos todavía se apilaba material retirado, como vallas o aseos portátiles, aunque sin perjudicar al tráfico. En general, la sensación era de vuelta absoluta a la rutina, sin mayores incidencias, y con el mismo trasiego habitual de cualquier otro sábado de principios de verano. Eso sí, otros años se ha observado una celeridad aún mayor que de esta ocasión.

El concejal de Medio Ambiente y Limpieza, Víctor Domínguez, ha señalado que "la parte más gruesa se tiene que acabar hoy", como "todos los restos de quemas de hogueras". Este último punto se ha cumplido por entero, o al menos en un grado muy elevado, ya que en las calles más céntricas no quedaba ni rastro de la cremà ni de los monumentos fogueriles. Domínguez también ha recordado que el desmontaje y retirada de barracas y racós corresponde a las respectivas entidades. En cuanto a la limpieza viaria, ha incidido en que "se ha reforzado con baldeos extra", para que las calles queden impolutas cuanto antes. Para el edil, la sensación es "positiva", porque se ha logrado mantener en condiciones la ciudad estos días y hoy se está procediendo a limpiarla de manera acelerada, gracias en parte al refuerzo de 100 operarios y 400 contenendores. Todavía no hay datos del volumen de residuos recogido durante las Fiestas.

Por su parte, fuentes de la concejalía de Seguridad indicaron que, al menos hasta las 2.30 horas de la madrugada, no había constancia de que se hubieran producido incidencias destacables durante la noche de la Cremà. A esa hora, según las mismas fuentes, se habían quemado el 35% de los monumentos.