Información

Información

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Alarma en el Barranco de las Ovejas por la aparición del invasor cangrejo azul de Estados Unidos

Los vecinos detectaron la presencia hace una semanas y han lanzado la alerta científica

El cangrejo azul desata la alarma en el Barranco de las Ovejas

Descalabro ambiental a la vista. Tras detectarse en el Mediterráneo en 2014, cuando investigadores de la Politécnica de Valencia los localizaron en la Albufera, el departamento de Ciencias del Mar de la Universidad de Alicante, investiga la aparición en el Barranco de las Ovejas de Alicante del temido cangrejo azul americano (jaiba azul). Una especie invasora que no tiene depredador natural, muy voraz y que, de no erradicarse, podría acabar con toda la fauna marina de la bahía de Alicante, según explica José Manuel Santa María, un vecino del barranco que junto a otros amigos ha capturado los primeros ejemplares en el barranco.

Al parecer, el cangrejo ha llegado hasta Alicante como lastre en algún mercante que previamente había navegado por Estados Unidos, Méjico y Cuba. Los barcos para estabilizarse cargan agua que luego sueltan para limpiar y reponer. Ahí está el origen, según las primeras investigaciones, de este cangrejo, comestible, que tiene entre sus «virtudes» su gran voracidad, pues se trata de un ser omnívoro que se alimenta de tellinas, almejas, huevos de sepia y hasta pulpos de kilo y medio como se ha podido comprobar en el seguimiento hecho en el barranco.

El cangrejo azul debe su nombre a sus patas color zafiro, según National Geographic. En realidad, su caparazón es de color pardo moteado, y las hembras adultas lucen destellos rojizos en las puntas de las pinzas. Apreciados por las consumidores por su carne tierna y dulce, estos crustáceos de diez patas y gran presencia física se encuentran entre las criaturas más profusamente capturadas del planeta. Su nombre científico, callinectes sapidus, significa «nadador bello y sabroso».

El cangrejo azul vive en estuarios y lagunas salobres de la costa, desde Nueva Escocia hasta el Golfo de México, y en zonas tan meridionales como Uruguay. Parientes cercanos del camarón y la langosta, estos crustáceos omnívoros del fondo acuático tienen bastante mal genio y no dudan en usar sus afiladas pinzas delanteras. El caparazón de los machos puede alcanzar los 23 centímetros de anchura.

Se alimentan de casi cualquier cosa a su alcance, como mejillones, caracoles, peces, plantas e incluso carroña y cangrejos azules más pequeños. Son excelentes nadadores y cuentan con apéndices traseros especialmente adaptados con forma de remo. Son extremadamente sensibles a los cambios ambientales y de hábitat. Muchas poblaciones, en particular en la Bahía de Chesapeake, en el este de Estados Unidos, han experimentado notables descenso.

La llegada del cangrejo a Alicante tiene alarmada a la comunidad científica, a la que ha puesto en alerta la Asociación de Vecinos «Gran Vía Sur». El origen, según explica José Santa María, estaría en alguno de los barcos mercantes que han llegado al puerto de Alicante en los últimos meses. Los buques toman el agua del lastre de los puertos y las depositan en unos tanques específicos para el lastre. En función de la necesidad, durante las operaciones de carga el buque puede verter agua de lastre donde pueden vivir meses estos cangrejos.

Según los expertos, la introducción de estos crustáceos invasores puede llegar a producir el desplazamiento de la comunidades establecidas como es el caso de la bahía de Alicante. Se denomina especie exótica invasora la que se introduce o establece en un ecosistema o hábitat natural o seminatural, y que es un agente de cambio y amenaza para la diversidad biológica nativa, ya sea por su comportamiento invasor, o por el riesgo de contaminación genética. «Por ello resulta importante que el cangrejo azul que hemos detectado en el Barranco de la Ovejas sea incluida en la lista», asevera José Santa María, miembro de la asociación Gran Vía-Sur-Puerto.

Compartir el artículo

stats