Casi cinco millones de turistas ingleses en el aire. Este es el importante trozo de la tarta del turismo que puede jugarse la Costa Blanca en el caso de que el próximo jueves, 23 de junio, el Reino Unido vote a favor de abandonar la Unión Europea. Las consecuencias no se notarán este verano porque ya está todo vendido y con crecimientos, además, del 20% en las reservas del mercado británico, pero existe expectación en cuanto a lo que pueda pasar a partir de la temporada alta de 2017 -el invierno está casi vendido- ante la posibilidad de que la libra perdiera valor frente al euro.

El precio de las vacaciones es, precisamente, uno de los factores clave que explican que la Costa Blanca, y en concreto Benidorm, sean zonas prioritarias en España para el turismo inglés. Precisamente, este año está siendo espectacular en cuanto a recepción de visitantes ingleses, ya que a los cupos habituales se han unido los turistas que han cambiado Túnez, Egipto y Turquía por la provincia.

La relación de la Costa Blanca con el turismo inglés es, además de económica, sentimental, pues en no en vano, la propia Benidorm no podría explicarse sin el turismo inglés, ya que fueron muchos los tour operadores que a principios de los años 70 del siglo XX llegaron a financiar la construcción de hoteles a cambio de reservarse las habitaciones para sus clientes. En este sentido, Miguel Ángel Martínez, director comercial de Servigroup, una de las cadenas hoteleras que más trabaja el mercado inglés, subrayó ayer que «al turista no le va a afectar en absoluto. Vinieron, vienen y vendrán. Tan sólo puede existir una pequeña incertidumbre ante una eventual caída del valor de la libra».

Y como recuerda el presidente de Hosbec, patronal hotelera de Benidorm, Antonio Mayor, en los últimos días, sobre el comportamiento de los británicos. «En los años 60, en la época de Franco, cuando España no estaba integrada en la Comunidad Europea los ingleses ya venían». Mayor es optimista porque, además, existen en estos momentos factores coyunturales que hacen más competitiva a España y a la costa provincial en relación a los principales competidores.

A corto plazo, lo que más inquieta es si la libra pierde valor en relación al euro «porque, entonces, el sector turístico es menos competitivo», apunta Javier García, vicepresidente de Hosbec. De hecho, hace unas semanas poco después de que varios ministros del Gobierno de Londres anunciaran su apoyo a la salida de la UE, la libra esterlina retrocedía más de un 2% en relación al dólar y un 1,2% respecto al euro.

El sector turístico absorbe también este año la demanda británica que antes elegía como destino vacacional Túnez, Turquía o Egipto. Pero la inestabilidad de estos países les hace perder reservas. En este sentido, Benidorm refuerza día a día sus vínculos con los visitantes ingleses. Los 4,7 millones de pernoctaciones de británicos que registró el pasado año se acercan a las cifras de antes de la crisis. En 2007, fueron 5,3 millones los turistas británicos que eligieron hoteles de Benidorm. A este crecimiento también ha contribuido el aumento de conexiones aéreas de la provincia con distintos aeropuertos británicos.