La enseñanza concertada en la Comunidad es contraria a la jornada continuada porque considera «inviable» para los alumnos tener seis horas seguidas de clase por la «carga física y mental» que supone.

La secretaria general de las Escuelas Católicas, Vicenta Rodríguez, afirma que el sentir general de los centros a los que representa es el de mantener el proyecto educativo de la jornada partida.

Respaldan, tal y como contempla la normativa publicada esta semana por la Conselleria de Educación, que la jornada continuada en los colegios la decidan los propios centros «en ejercicio de su autonomía».

No obstante, para Vicenta Rodríguez los horarios escolares son «demasiado exagerados» porque se destinan entre dos y dos horas y media para comer. Aboga por reducir este tramo a hora y media, como en Finlandia, y que los alumnos terminen a las 16.00 horas.