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Cómo estar en Italia sin salir de las aulas

El IES Cavanilles es el único de la provincia con auxiliar de conversación en Italiano

Cómo estar en Italia sin salir de las aulas

¿Cómo conseguir que los alumnos superen la vergüenza de hablar delante de sus compañeros en un idioma que no dominan? Sara Vannini, única auxiliar de conversación en Italiano entre los institutos de Secundaria de toda la provincia, está en ello en el IES Cavanilles desde octubre y, a juzgar por la trayectoria de algunos de los estudiantes con la lengua del país vecino, lo consigue.

Es la principal traba del aprendizaje de las lenguas en nuestras aulas, soltarse con el nivel oral, y parece que sólo la resuelven, inicialmente, los centros con auxiliar de conversación, nativos en el idioma de que se trate que comparten aula con el profesor de extranjero y se encargan de que los estudiantes se suelten en el oral.

«Nos hace muchas preguntas sobre el día a día que vivimos para que nos animemos y hablemos de forma fluida. Sobre qué hemos hecho a lo largo de la semana o dónde pensamos ir de vacaciones, y también practicamos la habilidad de escuchar los distintos acentos italianos, directamente con Sara», señala David Quijada, uno de los alumnos.

Este alumno hizo un curso intensivo para ir de Erasmus pero las clases de Italiano las ha comenzado este curso, en primero y segundo de Bachillerato. «Lo más complicado es hablar, los artículos, y el plural, porque es diferente. La auxiliar nos enseña expresiones coloquiales y la profesora, la gramática. Lo que entiendes bien, puedes explicarlo en cualquier idioma», afirma David.

El inglés lo ve más como una herramienta, del italiano espera incluso un futuro profesional a través del diseño gráfico en Milán.

El ministerio contrata a auxiliares recien graduados. Sara envió su currículum desde Florencia y con la nota de fin de grado consiguió una de las poquitas plazas adjudicadas, tras elegir la Comunidad Valenciana entre sus preferencias. Con la profesora de Italiano, Clara Aragonés, «creamos actividades con un objetivo didáctico, juegos como el Pasapalabra. Se enfrentan por equipos y aprenden vocabulario, o bien el «quién quiere ser italiano» en lugar de millonario, «para animarles y que de forma divertida aprendan y hablen», abunda.

«Soy la primera en decirles que como el castellano no es mi lengua materna, también cometo errores, pero que lo importante es que nos comuniquemos». Sara defiende la presencia del auxiliar porque transporta la cultura y costumbres de su país. «En lugar de los Reyes Magos, les hablo de la bruja Befana», explica. Confía en que salgan todos con el nivel A2. Aragonés añade que Sara también enseña el idioma al resto de los docentes del centro.

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